• El general John F. Campbell durante una ceremonia en Kabul, capital afgana, para representar el fin de las misiones de combate encabezadas por la OTAN en Afganistán. 28 de diciembre de 2014
Publicada: sábado, 5 de septiembre de 2015 16:57

Alemania y Suecia han participado directamente en las llamadas decisiones de EE.UU. para atacar a insurgentes en Afganistán, a pesar de las reglas que les prohíben hacerlo.

Los dos aliados militares de EE.UU., implicados de forma ilícita en la aprobación de las decisiones de ataques, negaron que alguna otra fuerza militar que no sea la estadounidense haya estado involucrada en los ataques contra los insurgentes, informó el viernes el diario estadounidense The New York Times, citando a dos funcionarios occidentales de alto nivel enterados respecto a las operaciones.

La toma de decisiones en torno a los ataques afganos letales se efectúa en un salón de la sede que la coalición posee en Kabul llamado Centro Combinado de Operaciones Conjuntas. Ahí, pantallas de video monitorean los operativos contra gente identificada como enemigos que la autoridad militar de Estados Unidos cataloga dentro de su autoridad, suponiéndose que se impida que los civiles sean alcanzados, según el informe.

Esas acusaciones son sobre los ataques aéreos, en su mayoría con drones (aviones no tripulados), que funcionarios norteamericanos han justificado como parte de la prolongada misión de contraterrorismo acordada con el Gobierno de Kabul. Sin embargo, algunos ataques han sido cuestionados por ser mucho más agresivos de lo que permite el trato sobre seguridad, reza el informe.

Un dron estadounidense lanza un misil.

 

La toma de decisiones en torno a los ataques afganos letales se efectúa en un salón de la sede que la coalición posee en Kabul llamado Centro Combinado de Operaciones Conjuntas. Ahí, pantallas de video monitorean los operativos contra gente identificada como enemigos que la autoridad militar de Estados Unidos cataloga dentro de su autoridad, suponiéndose que se impida que los civiles sean alcanzados”, según el informe.

“Rodean la mesa y dicen: ‘Si ven mujeres o niños levanten la mano’, lo cual incluye a funcionarios alemanes y suecos que no se supone que estén involucrados en el contraterrorismo”, dijo uno de los altos funcionarios, quien conoce directamente la operación.

Otro funcionario de alto nivel declaró asimismo que “esto es lo último en lo que la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) quería involucrarse, pero daba la impresión de que los estadounidenses parecían querer que todos entraran. Supongo que pensaron que les daba protección política”.

En 2001, Estados Unidos invadió el país asiático, con el pretexto de combatir a los talibanes, pero, no solo no ha logrado su objetivo, sino que ha causado la muerte de un número considerable de civiles.

Según las cifras de la Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés) esta guerra, entre 2001 y 2014, acabó con la vida de unos 100 mil afganos y paquistaníes.

Washington mantendrá 9800 soldados en este país hasta finales de 2015, mientras que el presidente estadounidense, Barack Obama, había planificado reducir este número a 5000 para finales de año y retirarlos, completamente, al término de 2016.

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