“(Las autoridades españolas) no han sido suficientemente contundentes en sus declaraciones sobre la situación de violación de derechos humanos en el país (Arabia Saudí)”, dice un comunicado de AI.
(Las autoridades españolas) no han sido suficientemente contundentes en sus declaraciones sobre la situación de violación de derechos humanos en el país (Arabia Saudí)”, lamenta nota de la Amnistía Internacional de España.
El Ministerio saudí del Interior anunció el pasado sábado la ejecución de 47 personas, incluido el sheij chií Nimr Baqer al-Nimr, noticia que ha suscitado duras críticas por parte de varios países y de las entidades pro derechos humanos.
Dos días después de los hechos, España se limitó a suscribir la condena de la jefa de la Diplomacia europea, Federica Mogherini, en la que se reiteraba la “firme e inequívoca oposición de principio a la pena de muerte en todo lugar y circunstancia”.
El mencionado ente pone la ejecución del sheij Al-Nimr como ejemplo de los procesos manifiestamente injustos realizados por el Tribunal Penal Especial, conocido tribunal “antiterrorista” saudí, para reprimir las voces de los activistas, especialmente de los chiíes, condenándolos a muerte.
Amnistía Internacional también ha denunciado la detención de Ali al-Nimr (sobrino del líder chií ejecutado), Dawud al-Marhun y Abdolá al-Zaher cuando tenían menos de 18 años, y ahora condenados a muerte “basándose como única prueba en las ‘confesiones’ que, según el testimonio de los tres activistas, hicieron tras ser torturados”.
La “sangrienta ofensiva” de las autoridades saudíes contra “toda forma de disidencia”, que se extiende también a los menores de edad, agrega la nota, es una violación flagrante de los derechos internacionales y es reprobada por todo el mundo.
El texto recuerda la “terrible oleada de ejecuciones” realizadas por los Al Saud al ejecutar, entre enero y noviembre de 2015, a al menos 151 personas, “el número más alto desde 1995”, subrayando que la mitad de estas personas “habían sido condenadas por delitos que, según el derecho internacional, no serían punibles con la muerte”.
Otro caso señalado por AI para poner de relieve el “deterioro” de la situación de derechos humanos en el reino árabe es el del bloguero saudí Raif Badawi, que cumple pena de prisión y ha sido azotado en público por ejercer su derecho a la libertad de expresión.
En su condena de la situación de DDHH en Arabia Saudí, la organización no gubernamental pide la liberación de Badawi, condenado a 10 años de prisión y a recibir mil latigazos, de los que ha recibido hasta el momento 50 azotes en público.
El director adjunto del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, James Lynch, ha aseverado en un comunicado que Badawi y otros presos de conciencia permanecen en las cárceles saudíes pese a las protestas internacionales.
Lynch agrega que los activistas saudíes encarcelados son objeto de “malos tratos” y sufren “penas crueles” solo por “su activismo pacífico”, y lamenta que los aliados de Riad “respalden con total descaro” la represión que ejercen los Al Saud, familia que rige Arabia Saudí, en nombre de la “llamada guerra contra el terrorismo”.
La Amnistía Internacional delata, además, la campaña de bombardeos lanzada por Arabia Saudí en marzo de 2015 contra Yemen, cometiendo así graves violaciones del derecho internacional humanitario, incluidos crímenes de guerra, al haber dejado ya más de 32.000 víctimas, entre muertos y heridos, en su mayoría civiles, según las últimas estadísticas de las Naciones Unidas.
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