“Son despiadados e incesantes los ataques a nuestras principales fuentes de ingreso. Se patentiza un recrudecimiento brutal del bloqueo y de la percusión financiera. Se evidencia, además, todo un llamado y un propósito a alentar un estallido social en el país, también como parte de los intereses electorales norteamericanos”, denunció el jueves en una reunión con los gobernadores provinciales.
El mandatario alertó, además, de una campaña mediática arrancada en las redes sociales contra Cuba que al difundir temas de discrepancia, como el racismo, la violencia hacia la mujer, los derechos humanos y la libertad religiosa, busca desacreditar la Revolución Cubana.
“Enfrentaremos la campaña mediática de manipulación y de odio contra intelectuales y artistas cubanos, concebida, dirigida y muy bien pagada desde Estados Unidos. Lo haremos desde la verdad, la identidad y el amor”, escribió luego en su cuenta en Twitter.
El presidente cubano, del mismo modo, advirtió de intentos por presentar a la isla como “una incapacidad gubernamental y económica”.
Desde 1960, Washington mantiene un férreo bloqueo contra Cuba y ha impuesto diversas sanciones a esta nación caribeña. No obstante, la hostilidad hacia La Habana se multiplicó tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017 y se agravó desde el comienzo de la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, obstaculizando el acceso a medicamentos y equipos necesarios para hacer frente a esta crisis sanitaria.
Las autoridades cubanas, en reiteradas ocasiones, han criticado la obsesión de EE.UU. por destruir a la Revolución Cubana y , a medida que se acerca la fecha de las elecciones presidenciales del país norteamericanos, alertan que la campaña de infamia de Washington contra La Habana forma parte de la estrategia de Trump para distraer la atención de la opinión pública de su mala gestión en materias sanitaria y económica en su país.
Al respecto, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, cargó en julio pasado contra el “oportunismo electoral” del inquilino de la Casa Blanca y le criticó por reunirse con un grupo de la oposición cubana en Miami.
Los expertos apuntan que el encuentro de Trump en Miami con la oposición cubana apunta al interés de sumar votos en Florida, un estado pendular clave para los comicios de noviembre próximo.
Efectivamente, Florida (sureste) cuenta con un número considerable de cubanoamericanos —de los que unos 650 000 son aptos para votar— y es uno de los estados determinantes en los resultados finales de las elecciones presidenciales de noviembre en EE.UU. El Partido Republicano ve esta zona como más beligerante contra el Gobierno cubano.
La política del magnate republicano hacia Cuba y Venezuela es criticada incluso dentro del país norteamericano, donde reside un número significativo de migrantes de origen cubano y venezolano.
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