Era un discurso para aclarar las dudas sobre las intenciones británicas en las negociaciones del Brexit, pero Theresa May no ha ofrecido nada nuevo. La primera ministra del Reino Unido ha confirmado desde Florencia que su país no formará parte del mercado único, lo que implica el fin a la libre circulación de personas y control sobre sus fronteras, principal requisito pro-Brexit.
El futuro modelo comercial para May debe ser único, lejos de las obligaciones del área económica europea, pero más cercano que el reciente acuerdo de comercio libre entre Canadá y la Unión Europea (UE). Un modelo aun sin forma, pero con mucho tiempo para negociar. La primera ministra habla de un periodo de transición de dos años tras la salida británica en marzo de 2019 para cerrar este modelo comercial único.
Pero antes, se deben concretar las condiciones del divorcio, sin las cuales la UE no negociará ningún tratado. Hacen referencia a la frontera con Irlanda, derechos de los ciudadanos, y cantidad económica a pagar en materia de compromisos presupuestarios, en los que parece que May ha cedido.
Theresa May tenía por delante un discurso difícil, dirigido a contentar al sector euroescéptico en su partido, afirmando que el Reino Unido saldrá del mercado único, así como contentar a Bruselas, afirmando que se cumplirán los compromisos financieros, pero ni ha presentado una cantidad concreta a pagar ni un marco comercial determinado.
Por último, una propuesta para seguir colaborando de forma cercana en materia de seguridad, entre un Reino Unido y una UE que, según los planes, no estarán ni muy lejos, ni muy cerca.
Ian Díez, Londres.
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