En este año destacan la reducción de la violencia, la celebración de unas históricas elecciones parlamentarias y un nuevo gobierno, que busca enfrentar retos y lograr mejorar la situación en el país árabe.
Reducción de violencia:
La gran victoria conseguida contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), a finales de 2017, tuvo un impacto positivo en Irak.
Durante 2018 se registró una reducción en la inestabilidad y también de las muertes por ataques y atentados terroristas, en todo el territorio iraquí.
En paralelo, esta situación facilita las labores de reconstrucción en diferentes partes del país, un proyecto colosal que, según las autoridades iraquíes, requiere de la ayuda internacional.
Elecciones parlamentarias:
Irak celebró, el 12 de mayo, elecciones parlamentarias, las primeras tras la derrota del grupo terrorista Daesh, y las cuartas después de la caída del régimen dictatorial de Sadam Husein.
Más de 24 millones de iraquíes acudieron a las urnas para elegir a los 329 nuevos miembros del Parlamento.
Después de un largo y accidentado proceso de recuento, la coalición del prominente clérigo Muqtada al-Sadr, líder del Movimiento iraquí Sadr, consiguió el mayor número de escaños.
En segundo lugar quedó la alianza liderada por Hadi al-Ameri, líder de la Organización iraquí Badr, por delante de la del primer ministro saliente, Haidar al-Abadi.
El 15 de septiembre, el Parlamento iraquí eligió al legislador suní, Mohamed al-Halbusi, como su nuevo presidente.
Semanas después y al final de intensas sesiones de debate, los parlamentarios eligieron a Barham Salih nuevo presidente del país.
Acto seguido, Barham Salih, un político kurdo, nombró al veterano chií, Adel Abdul-Mahdi, como nuevo primer ministro.
Protestas antigubernamentales:
Este año, Irak fue escenario de un nuevo capítulo de movilizaciones contra el deterioro de los servicios básicos, la pobreza y el desempleo. El pueblo reclama también el fin de la corrupción.
Al respecto, el máximo clérigo chií de Irak, el ayatolá Seyed Ali Sistani, expresó su esperanza de ver progresos por parte del nuevo Gobierno del premier Abdul-Mahdi.
Hizo un llamamiento a la “cooperación” entre diferentes partidos políticos en el Parlamento, para mejorar la situación en el país, respetar la soberanía iraquí e impedir las injerencias extranjeras.
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