Queremos a nuestro presidente, conocemos su poder y somos conscientes del servicio que hace, pero por favor, no olviden que hay un Gobierno en este país”.
“Queremos a nuestro presidente, conocemos su poder y somos conscientes del servicio que hace, pero por favor, no olviden que hay un Gobierno en este país”, criticó el viceprimer ministro Bülent Arinç, citado por el diario local Hürriyet.
Estas declaraciones se produjeron en alusión a la negativa del jefe del Estado turco a la creación de una comisión de seguimiento del proceso de paz, que busca finalizar el conflicto armado que se ha cobrado la vida de casi 45.000 personas.
De igual manera, el también vocero del Ejecutivo recordó que las conversaciones de paz le incumben al Gobierno y es el Gobierno el responsable en esta cuestión.
El encarcelado líder del PKK, Abdolá Ocalan, exigió el sábado al pueblo kurdo que ponga fin a cuatro décadas de lucha contra Ankara al deponer sus armas, en un intento por ayudar a que se cierre un acuerdo de paz. El mensaje fue calificado de “positivo” por el Gobierno turco.
El funcionario turco ya trasmitió el sábado su rechazo a las declaraciones de Erdogan, calificándolas de “emocionales”.
Esta discrepancia es el de mayor calado que ha sacudido las relaciones entre el Ejecutivo y el presidente Erdogan, desde de que éste asumiera en agosto de 2014 la presidencia y ponga fin a su mandato de más de una década como primer ministro.
La Constitución turca establece que el jefe de Estado debe ser imparcial y abstenerse de intentar guiar la política del país, lo que ha sido ignorado hasta el momento por el dignatario turco.
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