• Scott Morrison (dcha.), nuevo primer ministro de Australia, junto al premier saliente Malcolm Turnbull en una rueda de prensa, 22 de agosto de 2018. (Foto:AFP)
Publicada: viernes, 24 de agosto de 2018 8:47
Actualizada: viernes, 24 de agosto de 2018 10:14

El ministro de Finanzas de Australia, Scott Morrison, es elegido como primer ministro del país oceánico tras un golpe interno contra Malcolm Turnbull.

Morrison ha ocupado el cargo tras obtener hoy viernes 45 votos del centroderechista Partido Liberal poniendo fin, de esta manera, a la gobernación de Malcolm Turnbull, quien llegó al poder en la misma forma tras derrocar a su predecesor Tony Abbott en septiembre de 2015.

Turnbull estaba inmerso en el cao con sus correligionarios luego de que renunció obligatoriamente el lunes a un proyecto que busca incluir en la ley el objetivo en materia de reducción de gases con efecto invernadero.

Él decidió el martes declarar vacante su puesto después de una semana de disputas en el interior de su partido (Partido Liberal) y renuncias de sus ministros. Ante esta situación, la formación dio luz verde a celebrar una votación interna.

Scott Morrison es el 20.º primer ministro de Australia y el séptimo durante los últimos 11 años. Él ha prometido garantizar la estabilidad y la unidad tanto del país como de la agrupación y ha asegurado que está comprometido con “mantener la economía fuerte y a Australia segura”.

“Intentamos gobernar...así que pienso que nadie debe hacer planes para unas prontas elecciones”, ha enfatizado el nuevo premier de Australia, Scott Morrison.

 

“Intentamos gobernar...así que pienso que nadie debe hacer planes para unas prontas elecciones”, ha enfatizado en alusión a la voluntad del opositor Partido Laborista, favorito en las encuestas, de adelantar las elecciones generales previstas para 2019.

El derechista premier elegido es conocido por un proyecto denominado ‘Operación Fronteras Soberanas’ que puso en práctica en 2013-2014, cuando era ministro de Inmigración, con el fin de impedir la entrada de los refugiados que llegaran por mar al territorio australiano.

En los últimos años, el Gobierno de Canberra ha estado bajo críticas, tanto en el país como en el extranjero, por sus políticas de inmigración estrictas y tratamiento de los refugiados, entre ellos la detención de demandantes de asilo en instalaciones en las costas en condiciones inhumanas.

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