“Creo que Wolfgang Schäuble se equivocó e incluso que está entrando en conflicto con su (propia) voluntad europea profunda”, declara Sapin en una entrevista con el diario de negocios alemán Handelsblatt que se publicará este lunes.
Creo que Wolfgang Schäuble se equivocó e incluso que está entrando en conflicto con su (propia) voluntad europea profunda, declara el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, en una entrevista que se publica este lunes.
Tras meses de presiones de Alemania sobre el Gobierno griego para que aceptase continuar con la política de recortes y refinanciación de la deuda, el mes pasado Schäuble “propuso” que Atenas abandonara el euro durante un plazo limitado, acaso de cinco años.
“Esta voluntad (europeísta), que también es la mía, implica fortalecer la eurozona”, asegura Sapin, antes de añadir que ese fortalecimiento requiere que no se dé ningún abandono de la divisa de la UE, ni siquiera temporal.
El ministro francés advierte de que “si permites una salida temporal, eso quiere decir que cualquier otro país que se encuentre en dificultades querrá salir del atolladero a través de un ajuste de su divisa”.

Si permites una salida temporal, eso quiere decir que cualquier otro país que se encuentre en dificultades querrá salir del atolladero a través de un ajuste de su divisa, advierte el ministro francés.
En los años anteriores a la adopción del euro, los países del sur de Europa, de economía más débil que los países del norte, solían recurrir a la devaluación de la moneda para reducir sus deudas, mejorar su competitividad exportadora y evitar fugas de capitales.
Pese a la crítica, Sapin señala que las relaciones entre París y Berlín “no están rotas” y manifiesta su intención de colaborar con Schäuble para impulsar una mayor confluencia hacia una política económica unificada de los países de la eurozona.
Tras el último episodio de la crisis de deuda griega, que remonta al año 2008 y llegó a manifestarse con el rechazo categórico del pueblo griego a las propuestas de las instituciones europeas a Atenas en el plebiscito del 5 de julio, el Gobierno francés ha manifestado su intención de reimpulsar la integración de la eurozona.
Sin embargo, Sapin reconoce en su entrevista que no será posible introducir hasta 2017, al menos, reformas como la creación de un Ministerio de Finanzas o un presupuesto comunes.

Las propuestas francesas fueron ya el martes 28 de julio objeto de las reticencias del Consejo Asesor de Economistas del Gobierno alemán. Uno de los consejeros, Lars Feld, declaró que “sería muy difícil hacer frente a las enormes diferencias que existen con respecto a las prioridades económicas de los países de la eurozona”.
El actual presidente francés, François Hollande (del Partido Socialista), llegó al cargo en las elecciones de 2012 proclamando “mi auténtico adversario es el mundo de la finanza” y defendiendo la necesidad de una alternativa a la política económica de austeridad.
La postura virulentamente contraria de la mayor parte de la clase política alemana, incluidos numerosos socialdemócratas, al Gobierno izquierdista de Grecia y a su puesta en entredicho de la deuda ha causado un distanciamiento entre los socialistas franceses y los alemanes socialdemócratas, ambos integrados del Partido Socialista Europeo.
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