Este jueves, los legisladores italianos han fracasado de nuevo en la elección de un nuevo presidente por cuarta vez, después de que los principales partidos políticos no hayan avanzado en la búsqueda de un candidato mutuamente aceptable para el cargo.
Como la última votación, realizado el martes, ni los partidos de centro-derecha ni los de centro-izquierda presentaron ningún nombre para la votación, prolongando la incertidumbre sobre el liderazgo de la tercera economía de la zona euro. La votación celebrada este jueves se considera como la primera jornada en la que el candidato elegido solo tenía que obtener una mayoría absoluta (505 votos), en las tres votaciones previas eran necesarios dos tercios de los 1009 grandes electores (673).
El mayor número de votos —más de 160— fue para el presidente saliente, Sergio Mattarella, que no está dispuesto a aceptar un segundo mandato. Sin embargo, el apoyo hacia él ha ido aumentando en las votaciones diarias. Está previsto que Mattarella dimita el 3 de febrero.
El primer ministro, Mario Draghi, antiguo jefe del Banco Central Europeo, es considerado el candidato más cualificado para sustituir a Mattarella. Sin embargo, los legisladores no muestran mucho interés en apoyarle, ya que piensan que cualquier cambio en el gobierno podría desencadenar una nueva crisis.
La quinta votación para la elección tendrá lugar el viernes a las 11:00 horas, según ha anunciado el presidente de la Cámara de Diputados, Roberto Fico.
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