El ultraderechista político australiano en un artículo de opinión para la página Web australiana Sydney Daily Telegraph, ha dicho este miércoles que las "culturas no todas son iguales" y el Occidente debe “proclamar su clara superioridad sobre el Islam”, una religión que alegó que justifica la matanza de las personas.
Lenguaje inflamatorio socava los esfuerzos para construir la cohesión social, el respeto mutuo y tiene el potencial de dañar los esfuerzos de los organismos nacionales de seguridad para mantener a los australianos a salvo", ha dicho el líder del Partido Laborista australiano, Bill Shorten
El católico acérrimo con estas declaraciones trató de vincular al Islam al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), autor de ingentes crímenes de lesa humanidad en un gran número de países y sobre todo en Irak y Siria, a pesar de que tanto los líderes musulmanes como los de otras religiones lo consideran una mera célula terrorista que busca esparcir islamofobia en el mundo.
"No podemos permanecer en la negación sobre el problema masivo dentro del Islam", ha escrito Abbott en su artículo.
Abbott, que fue entrenado brevemente como un sacerdote antes de entrar en la política y que una vez fue conocido como el "Monje Loco", ha añadido que los australianos deberían dejar de "disculparse por los valores" de su religión.
Algunas figuras políticas australianas han reaccionando contra las declaraciones de Abbott, asegurando que el grupo extremista EIIL no representa a la comunidad musulmana.
Ed Husic, el primer representante de confesión musulmana en el Parlamento australiano y miembro del opositor Partido Laborista, ha acusado al expremier de tratar de “Trumpificar la política australiana”, haciendo referencia a las declaraciones del precandidato republicano a la Presidencia de EE.UU., Donald Trump, quien pidió el lunes el “cese total y completo” de la entrada de musulmanes a Estados Unidos.
A su vez, el líder del Partido Laborista Bill Shorten ha tachado las declaraciones del expremier de "totalmente contraproducentes".
"Lenguaje inflamatorio socava los esfuerzos para construir la cohesión social, el respeto mutuo y tiene el potencial de dañar los esfuerzos de los organismos nacionales de seguridad para mantener a los australianos a salvo", ha dicho Shorten en un comunicado.

El sucesor de Abbott, el actual primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, ha dicho a su vez, que "el extremismo de ISIL o Daesh, (…) es completamente rechazado por los líderes de la gran mayoría de las naciones musulmanas", ha afirmado.
En los últimos años, sobre todo bajo el Gobierno de Abbott, la ola de islamofobia y el odio racial en Australia ha aumentado drásticamente, sobre todo, tras los ataques terroristas del grupo EIIL a algunos Estados occidentales.
Ante la preocupación de Canberra por el regreso de los ciudadanos australianos que se unieron a las filas de Daesh en Siria e Irak, el Ejecutivo elevó el nivel nacional de alerta contra el terrorismo a mediados de septiembre de 2014, estableciendo leyes antiterroristas.
No obstante, la comunidad musulmana australiana dice que tales normas inciden sobre los derechos y libertades de todos los australianos, pero "sobre todo los de fe musulmana".
Una encuesta publicada en marzo reveló que casi el 75 por ciento de los musulmanes australianos considera que las medidas antiterroristas están dirigidas injustamente contra ellos, y la mayoría de ellos cree que “están bajo asedio”.
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