Publicada: miércoles, 20 de febrero de 2019 12:37

El atentado químico escenificado en Siria muestra que las élites cosmopolitas de la guerra pueden cometer cualquier crimen para dominar a la humanidad.

Lo anterior significa que todas las cartas o trucos, por muy malévolos que sean, pueden ser empleados con el objeto de destruir la paz en el mundo: Guaidó es uno de los últimos ejemplos.

Como se conoce, Donald Trump ordenó a la Asamblea Nacional de Venezuela, en desacato y sin ningún poder legal, juramentar a un miembro de su cuerpo como presidente interino del país para incentivar la violencia y continuar un asedio inmisericorde contra dicho pueblo.

Sin embargo: ¿cómo se crea a un personaje anónimo para que sea “reconocido” por la autodenominada “comunidad internacional”, 40 países de un total de 197?

En la elección presidencial para el periodo 2019-2025, Nicolás Maduro fue reelegido con 6 190 612 votos (el 67 %), donde el principal adversario, Henri Falcón, consiguió 1 917 036 sufragios, con cientos de observadores internacionales que garantizaron la transparencia, aunque varios países dependientes del Gobierno estadounidense se negaron a asistir con el objetivo ya planeado de desconocer los comicios donde participó cerca del 46 % del potencial electoral, superior a eventos similares en América Latina.

Lo cierto es que las agencias de inteligencia al servicio de élites transnacionales sabían de este resultado desde hace años ya que las fuerzas revolucionarias son constantes y fuertes, apoyadas por el ejército nacional. Al ganar Maduro y confirmar su mandato hasta el año 2025 se desencadenó el siguiente paso: nombrar a un supuesto mandatario como gobernanza paralela.

Es decir, ya existía el plan elaborado para gestar una confrontación o guerra civil en la nación bolivariana.

Juan Guaidó no es un producto nuevo pues existen varios personajes pre fabricados que han sido un fracaso, pese a la amplificación mediática. En Venezuela, tanto Leopoldo López como Marina Machado, fueron descartados luego que sus copartidarios les dieran la espalda. Se intentó la imagen de una sufrida mujer con la esposa de López cuyo embarazo (mientras su marido estaba en la cárcel), detuvo el proceso público para disminuir la exposición. Por tanto, el reemplazo fue un esperpento de idea: nombrar a un presidente autoproclamado.

El falso dilema de “dictadura o democracia” al cual los medios occidentales pro americanos (estadounidenses) nos inducen, oculta el verdadero dilema regional: “injerencia o soberanía”, dice M.L. Ramos.

Al respecto, Juan Guaidó no es un activista de Derechos Humanos sino un trabajador de la violencia cuya vida está marcada por la hostilidad, tanto es así que la única opción que propone es la guerra interna o el golpe de estado en forma de traición a la patria.

Coincidentemente,a la media hora de ser auto escogido ya Estados Unidos lo reconocía junto con naciones latinoamericanas y europeas, demoradas en días simplemente, cuya suma de cuarenta aproximadamente se muestra como la “comunidad mundial” por los medios de desinformación de las élites neoconservadoras. La ONU, organizaciones de países asiáticos y africanos, entre otros que suman más del 70 % del orbe, continúan respetando al presidente legítimo.

Cabe señalar que este producto artificial, Guaidó, fue perfeccionado durante más de una década por las agencias de inteligencia estadounidenses, acompañadas de Gran Bretaña e Israel, expertas en deformar personalidades y convertirlas en robots sin conciencia, pese a ser considerado por diversos medios como un político “refrescante” en búsqueda de la libertad.

La historia real es que este personaje nació de un grupo de alterados jóvenes de derecha, desestabilizadores de la democracia venezolana y en contra de la Constitución, con el único fin de destrozar a la nación y vender el petróleo a EE.UU., amparados bajo la ideología fascista, como figura menorprácticamente desconocido al inicio en Venezuela y “popular” en el exterior.

Este fue reclutado y entrenado en contra revolución por el Centro de Acción y Estrategias No Violentas Aplicadas financiado por una sub contratista de la CIA (National Endowment for Democracy), famoso por usar al movimiento estudiantil asociado al nazismo para derrocar gobiernos progresistas. En Washington participó del Programa de Gobernabilidad y Gestión Política en la Universidad George Washington, vinculado a la subversión. En Caracas colaboró en mítines antigubernamentales después de que el Gobierno venezolano se negara a renovar la licencia de Radio Caracas Televisión (RCTV), autoproclamándose como Generación 2007 y en las destructivas guarimbas. Es cercano a Yon Goicoechea, agente subversivo, quien fue galardonado con el Premio Milton Friedman por Promover la Libertad ($ 500,000), obligado a invertirlo en la red Liberty First (Primero Justicia).

Leopoldo López, ex alcalde y juzgado por crímenes sociales, fundó en 2009 el partido político Voluntad Popular donde Guaidó cooperó estrechamente al recibir órdenes de organizaciones foráneas.

¿Qué ocurrirá ahora?

Las propuestas de diálogo ofrecidas por naciones interesadas en que no haya guerra civil inducida se enfrentan a la posición radical de Guaidó quien sustenta la confrontación.

En este sentido, todos los intentos de subvertir a las fuerzas armadas, incluso con la última entrevista de CNN a dos “ex militares” que usaban trajes prestados en una burda imitación, no han dado resultado. El gobierno militar en exilió tampoco ha sido exitoso ni los tres intentos directos de asesinato de Maduro.

Todo hace presumir que el bloqueo y la provocación se intensificarán, cuyo intento de presunta ayuda humanitaria mínima ante las pérdidas económicas que afectan a la población, es simplemente un show mediático en forma de falso positivo. No obstante, el proceso bolivariano continuará.

Lo fundamental es que Colombia no haga parte del juego militar que Trump ha iniciado ya que, además de la pobreza y la violencia inclemente en dicho país, agravaría los conflictos entre naciones hermanas. Toda persona consciente y respetuosa de los Derechos Humanos desea que el diálogo conduzca a la verdadera solución donde la injerencia externa esté prohibida y sean los venezolanos quienes decidan su propio destino.