La Mezquita Al-Aqsa es el tercer lugar más sagrado del Islam que atrae cada año a decenas de miles de peregrinos de toda Palestina y del resto del mundo musulmán. Al-Aqsa también sirve como símbolo de la resistencia palestina y, a menudo, ha sido blanco de ataques de las fuerzas israelíes y de los colonos israelíes que pretenden construir un templo sobre sus ruinas. Con una extensión de 14 hectáreas, la mezquita incluye la Cúpula de la Roca con cúpula dorada, posiblemente uno de los hitos más reconocibles de Al-Quds (Jerusalén), así como la antigua Mezquita Al-Qibli.
El enorme sitio, también conocido como Haram Al-Sharif (santuario noble, en español), tradicionalmente tenía 15 puertas, lo que permitía a los fieles ingresar a sus terrenos desde la Ciudad Vieja circundante de Al-Quds. Sin embargo, solo 10 de estos están todavía en uso y están controladas por soldados y policías israelíes fuertemente armados.
En árabe, Al-Aqsa tiene dos significados: “el más lejano”, que se refiere a su distancia de La Meca, como se menciona en el libro sagrado del Islam, el Corán, y también “el supremo”, en referencia a su estatus entre los musulmanes.
¿Por qué es tan importante Al-Aqsa?
El complejo se encuentra en la Ciudad Vieja de Al-Quds, que ha sido designada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y es relevante para las tres religiones abrahámicas.
Esta mezquita ha sido el territorio más disputado en Tierra Santa desde que el régimen de Israel ocupó la ciudad de Al-Quds, en 1967, junto con Cisjordania y la Franja de Gaza.
El control ilegal israelí de Al-Quds Este, viola varios principios del derecho internacional, que establece que una potencia ocupante no tiene soberanía sobre el territorio que ocupa.
A lo largo de los años, el régimen israelí ha tomado medidas adicionales para controlar y judaizar la ciudad de Al-Quds. En 1980, Israel aprobó una ley que declaraba a Al-Quds como su capital.
Además de su importancia religiosa, Al-Aqsa es un símbolo de la cultura y nacionalidad del pueblo palestino. En los años anteriores a las fronteras modernas, las peregrinaciones a las ciudades santas musulmanas de La Meca y Medina incluían una escala en Al-Quds. Los vastos patios de Al-Aqsa todavía atraen a decenas de miles de fieles que se reúnen todos los viernes para las oraciones de este día.
Durante el mes sagrado del Ramadán, el área está especialmente ocupada con los fieles, que van a la mezquita para las oraciones nocturnas. En Eid al-Fitr, que marca el final del mes sagrado del Ramadán, el ambiente de la zona se vuelve más festivo e incluye cantos, procesiones y obsequios de dulces a los transeúntes.
Símbolo de la Resistencia
Al-Aqsa es un área pequeña dentro de Palestina, pero simbólicamente es una gran parte del conflicto entre israelíes y palestinos.
Aunque la mezquita en sí es importante especialmente para los musulmanes, los cristianos palestinos también han protestado contra la invasión israelí del recinto.
Para los palestinos, Al-Aqsa cumple más que una función religiosa y es el centro de la vida cultural, donde van a celebrar, congregarse y llorar. Muchos palestinos la han estado visitando desde que eran jóvenes y, para ellos, esta mezquita es el símbolo más reconocido de su país.
Muchos también rompen sus ayunos en la mezquita durante el Ramadán y van a rezar allí los viernes, dependiendo de las restricciones que pongan las fuerzas de ocupación israelíes.
¿Al-Aqsa está en peligro?
Durante muchos años, los fieles musulmanes de Palestina sacrificaron sus vidas para defender el tercer sitio sagrado del islam ante las conspiraciones de los colonos extremistas de Israel. En este camino, los palestinos han defendido Al-Aqsa ante las violaciones de los colonos israelíes, quienes buscan allanar el camino para demoler esta mezquita y construir un templo judío sobre sus ruinas.
En los últimos años, los israelíes han intensificado sus esfuerzos y excavado más túneles bajo la mezquita Al-Aqsa para acelerar su destrucción. También han explotado diversas estructuras locales, regionales y circunstancias internacionales para lograr sus objetivos.
No obstante, los palestinos, con todas sus orientaciones, han sido capaces, incluso con muchos dolorosos sacrificios, de frustrar los intentos de los sionistas. Todos los palestinos cumplieron con su deber y de su obligación, y cada uno con las armas que poseía, coadyuvó para preservar la Mezquita Al-Aqsa. Estos abrieron sus puertas por la fuerza a los fieles, y obligaron a las autoridades de la ocupación israelí a retirar las medidas de seguridad que limitaban el acceso de los fieles a esta mezquita.
De hecho, con paciencia y sacrificio lograron en gran medida arrojar luz sobre la Mezquita Al-Aqsa. Con sus esfuerzos mostraron al mundo islámico que la mezquita sagrada está en peligro de destrucción por parte de los extremistas judíos.
Los palestinos obligaron a las autoridades israelíes a admitir la imposibilidad de alcanzar sus metas para destruir este lugar sagrado. Los investigadores y muchos expertos y funcionarios de seguridad israelíes, admiten que los palestinos lograron frustrar los complots israelíes durante la batalla de “Espada de Al-Quds” que la convirtieron en la batalla de los árabes y musulmanes en general. El apoyo que ofrecieron los pueblos árabes (no los regímenes) acabó con las pretensiones israelíes que pensaban que con la normalización de lazos han logrado acabar con la causa palestina.
Los israelíes admiten que los palestinos han logrado en gran medida hacer frente a su régimen y exponer sus debilidades, especialmente después de la última batalla de la Espada de Al-Quds, que unió a todas las facciones palestinas contra el agresor sionista.
Espada de Al-Quds y su impacto en el futuro de Al-Aqsa
Aunque para muchos, la batalla de Espada de Al-Quds, desde 10 hasta el 21 de mayo de 2021, significa una importante pérdida de vidas palestinas, esta confrontación entre las facciones palestinas con el régimen de Israel, cambió por completo la trayectoria del conflicto de la región con el régimen ocupante.
Con la “Espada de Al-Quds”, el mito de invencibilidad de Israel se derrumbó, y sus colonos vieron señales de su colapso que con planes y conspiraciones quería establecer un régimen monstruoso en la tierra de Palestina.
Debido a la ineficacia del sistema denominado “Cúpula de Hierro”, por primera vez, las ciudades sionistas como Tel Aviv y otros asentamientos ilegales a lo largo de la zona geográfica palestina han sido blancos de los ataques de Resistencia.
Los resultados y consecuencias de la operación “Espada de Jerusalén” son muchos en todos los aspectos políticos, militares y de seguridad. El más fundamental de ellos es que la ciudad Al-Quds y su santa mezquita se ha convertido en el eje de la Resistencia contra Israel.
Así pues, Israel debe entender que la guerra de mayo de 2021 con la Resistencia palestina en Gaza generó una nueva dinámica, y despertó una nueva generación que no solo quiere proteger los lugares sagrados como Al-Aqsa, sino que busca recuperar las tierras ocupadas.
Por Mohsen Khalif