Publicada: domingo, 13 de julio de 2025 21:00

A 30 años del genocidio de Srebrenica, Europa enfrenta su negación mientras se recuerda el exterminio de 8000 bosnio-musulmanes.

Por: Redactor del equipo de Press TV

El viernes se conmemoró el 30.º aniversario del genocidio de Srebrenica, que significó la exterminación de más de 8000 hombres y niños bosnio-musulmanes en julio de 1995, tras la toma del control de la “zona segura” declarada por la ONU por parte de las fuerzas serbobosnias en el último año de la guerra de Bosnia.

Miles de personas se reunieron en ciudades y comunidades rurales de Bosnia y Herzegovina para honrar la memoria del genocidio de Srebrenica, conmemorando tres décadas desde aquella tragedia imborrable.

Todo comenzó el 11 de julio de 1995, cuando las fuerzas armadas serbobosnias —compuestas por el ejército, la policía y unidades irregulares— tomaron violentamente el control del área, que había sido designada como “zona segura” por Naciones Unidas en medio del derramamiento de sangre de la guerra bosnia.

Lo que siguió durante los siguientes veinte días fue el crimen más brutal cometido en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y el episodio de violencia más atroz en los conflictos derivados de la desintegración de Yugoslavia.

Órganos jurídicos internacionales, como el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) y la Corte Internacional de Justicia (CIJ), concluyeron que los asesinatos constituyeron un acto de genocidio. No obstante, las autoridades serbias se han negado a calificarlo como tal.

Estos días oscuros no solo precipitaron el fin de la guerra en Bosnia y Herzegovina, sino que también influyeron de manera dramática en la trayectoria política de la región balcánica en los años posteriores.

Entendiendo Srebrenica

Srebrenica se ubica en una región montañosa próxima a la frontera oriental de Bosnia con Serbia. Históricamente conocida por sus manantiales naturales y recursos minerales —especialmente la plata—, de la cual deriva su nombre.

En 1991, un año antes del estallido de la guerra en Bosnia, la población de Srebrenica rondaba los 36 666 habitantes, predominantemente bosniacos musulmanes, con una minoría ortodoxa serbia menor.

Tras la guerra y bajo los términos del Acuerdo de Paz de Dayton de 1995, la localidad pasó a formar parte de la Republika Srpska (RS), la entidad administrada por los serbios dentro de Bosnia y Herzegovina.

Debido a las masacres y expulsiones en tiempos de guerra, la población de Srebrenica se desplomó. Según estimaciones recientes, solo unas 13 409 personas viven actualmente allí, y poco más de la mitad son bosniacos.

Eventos que condujeron al genocidio

La desintegración de Yugoslavia a comienzos de los años 90 llevó a Bosnia y Herzegovina a declarar su independencia en 1992 mediante un referéndum, el cual fue rechazado por los serbios bosnios. En respuesta, estos lanzaron un levantamiento armado con el objetivo de crear una entidad serbia étnicamente homogénea.

Srebrenica, con una mayoría bosniaca y estratégicamente situada entre regiones controladas por serbios, frustraba esas ambiciones. Rápidamente se convirtió en objetivo de las fuerzas serbias, que la bloquearon con apoyo del ejército yugoslavo.

Durante más de tres años, la ciudad soportó un sitio. A pesar de sus limitados recursos, los defensores bosniacos liderados por Naser Orić resistieron, aun cuando los ataques y bombardeos serbios se intensificaban.

Declarada “zona segura” por la ONU en 1993, Srebrenica se vio desbordada por personas desplazadas. Sin embargo, la ayuda humanitaria era con frecuencia bloqueada o saqueada, agravando las condiciones para los civiles.

¿Cómo se desarrolló el genocidio?

A mediados de 1995, con escasez de alimentos y medicinas y ante el avance del hambre, las fuerzas serbobosnias decidieron apoderarse completamente del enclave. Impulsados por el presidente de la RS, Radovan Karadžić, lanzaron una ofensiva final.

Aunque un batallón holandés de las Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (UNPROFOR, por sus siglas en inglés) estaba desplegado allí, no opusieron resistencia al avance serbio. El comandante holandés Thomas Karremans solicitó apoyo aéreo de la OTAN, pero no se produjo ninguna intervención. Srebrenica pronto quedó bajo el mando del general Ratko Mladić.

En medio de la toma, algunos grupos lograron escapar a través de los bosques hacia zonas más seguras. Aun así, alrededor de 25 000 civiles —en su mayoría mujeres, niños y ancianos— quedaron atrapados.

Mecánica de la atrocidad

Tras la caída, las fuerzas serbias ocuparon la base de la ONU en Potočari, donde miles se habían refugiado. Comenzaron a separar a los varones —muchos con edades entre 15 y 70 años— de sus familias.

Estos hombres y niños fueron recluidos en edificios abandonados, como escuelas y almacenes. Para evitar resistencias o fugas, los prisioneros fueron vendados, atados o despojados de sus zapatos.

Posteriormente, eran trasladados en grupos a lugares remotos donde se les alineaba y fusilaba. Los sobrevivientes solían ser rematados con disparos a corta distancia.

Complicidad y negación occidental

En los años siguientes, numerosos negacionistas —especialmente en Europa— intentaron blanquear o incluso ensalzar a los perpetradores del genocidio, mientras sembraban dudas sobre las víctimas.

Expertos señalan que esto refleja una complicidad más amplia entre las potencias occidentales.

Taylor Branch, en su libro The Clinton Tapes, sostiene que algunos líderes europeos consideraban que una Bosnia independiente y de mayoría musulmana era “antinatural”, sugiriendo que el genocidio de los musulmanes era la única salida.

Declaraciones del entonces presidente francés François Mitterrand y de funcionarios británicos anónimos evidenciaban un deseo por mantener una “Europa cristiana”.

En contraste, Irán fue una de las primeras naciones en brindar apoyo tangible a los bosniacos durante la guerra, interviniendo cuando los gobiernos occidentales dudaban o socavaban la causa bosnia.


Texto recogido de un artículo publicado en PressTV.