La UE expresa “su profunda preocupación por las recientes confiscaciones de estructuras escolares palestinas emprendidas por Israel en las comunidades beduinas de Cisjordania ocupada”, dice su comunicado.
Los pasados lunes y martes, las autoridades israelíes derribaron al menos tres escuelas de niños palestinos en la ocupada Cisjordania —una guardería y dos escuelas primarias—, a semanas del inicio del nuevo año escolar.
La nota del bloque comunitario insiste en que todo niño en cualquier parte del mundo “tiene derecho a un acceso seguro a la educación” y es responsabilidad de las autoridades proteger, respetar y hacer cumplir este derecho.
La Unión Europea expresa su profunda preocupación por las recientes confiscaciones de estructuras escolares palestinas emprendidas por Israel en las comunidades beduinas de Cisjordania ocupada”, dice un comunicado del bloque comunitario europeo.
A continuación, el comunicado urge a los funcionarios de todo el mundo a asegurarse de que las escuelas sean sitios inviolables y seguros para los menores de edad.
En este sentido, pide a Israel que ponga fin a las demoliciones y confiscaciones de viviendas y propiedades palestinas de conformidad con sus obligaciones como “potencia ocupadora” en virtud del derecho internacional.
Además, exige el fin de su política de construcción y expansión de los asentamientos israelíes, y confiscación de tierra para uso exclusivo de Israel y denegar el desarrollo de los palestinos en su propia tierra.
La medida israelí es vista por el primer ministro palestino, Rami Hamdalá, como “una política deliberada” por parte de Israel para presionar a las comunidades palestinas retirarse de sus tierras, para después poder confiscarlas y construir asentamientos ilegales en ellas.
Muchos centros educativos para los niños palestinos son construidos por la propia UE o las onegés financiadas por este bloque, pero los israelíes alegan que estos edificios fueron construidos sin los permisos necesarios.
El régimen de Israel ha ocupado Cisjordania desde 1967 y construido asentamientos, considerados “ilegales” por la comunidad internacional, en los que viven actualmente más de medio millón de colonos israelíes.
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