El Ministerio de Inteligencia de Irán fustigó las “reacciones nerviosas, locas e inusuales” de las autoridades británicas a la ejecución, el pasado 14 de enero, del ex vice ministro de Defensa iraní Alireza Akbari quien fue declarado culpable de espiar para el Servicio de Inteligencia Secreto (SIS) británico, más conocido como MI6, según un comunicado emitido este viernes.
Tras la ejecución de Akbari, el Gobierno británico sancionó al fiscal general iraní, Mohamad Yafar Montazeri, a quien acusó supuestamente del uso de la pena de muerte con “motivaciones políticas”. Londres además no descarta que su próxima respuesta pueda incluir más penalizaciones u otras medidas contra Teherán.
La Inteligencia iraní ha considerado la detención y ejecución de Akbari como una “victoria sin precedente” y un “duro golpe a la credibilidad del [MI6] que autoproclama ser el servicio de espionaje más antiguo del mundo”.
Según la nota, las nuevas sanciones y la guerra mediática que ejerce el Reino Unido con la cooperación de Estados Unidos, Francia y Alemania contra Irán y sus instituciones políticas y militares se deben a la “desesperación” de Occidente.
Irán a Londres: Basta de derramar lágrimas de cocodrilo por el espía ejecutado
La Inteligencia iraní ha subrayado que Londres en lugar de “echar lágrimas de cocodrilo” por el ciudadano iraní-británico Akbari y clamar represalias por su ejecución, debe “rendir cuentas” por sus acciones de espionaje.
Ha denunciado que el Reino Unido pidió a su espía clave informaciones sensibles sobre proyectos militares secretos, incluidos algunos sobre el programa de misiles de Irán, las formas de evadir las sanciones impuestas al país persa y los datos sobre varias entidades políticas, defensivas y de seguridad, así como destacados científicos iraníes como el asesinado físico Mohsen Fajrizade; y Akbari, “independientemente del nivel de éxito, hizo todo lo posible para desempeñar ese papel traidor”.
La Cartera de Inteligencia ha advertido con firmeza que los Gobiernos extranjeros ya no pueden recurrir a “herramientas sucias” como dar tarjeta de residencia o visado e incluso otorgar ciudadanía a sus espías para hacer que éstos escapen de la justicia iraní.
La nota concluye diciendo que la ejecución de Akbari, “no es el primer golpe duro que la Inteligencia iraní ha asestado al MI6, ni tampoco será el último”, pero sin duda alguna, constituye “un punto inflexivo en el firme comportamiento de Irán con los agentes del espionaje británico”.
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