“Condenamos enérgicamente la medida inhumana y atroz del régimen usurpador sionista al atacar la escuela de desplazados palestinos en el barrio de Al-Daraj y martirizar a más de 100 personas”, ha indicado Masud Pezeshkian en un comunicado publicado este sábado por la noche.
Pezeshkian ha aseverado que “con este crimen, el régimen sionista reveló una vez más su verdadera y brutal naturaleza al mundo”.
El mandatario persa ha denunciado que el régimen sionista de Israel continúa sus crímenes en la Franja de Gaza con el apoyo de los Estados que se autoproclaman defensores de los derechos humanos.
En este sentido, ha recordado que los gobiernos y las instituciones que no conocen límites para apoyar a Israel son cómplices de su guerra genocida y de sus crímenes en Gaza.
“De acuerdo con los derechos humanos y la cultura y enseñanzas islámicas, ellos (los gobiernos occidentales que apoyan a Israel) son definitivamente cómplices del régimen asesino de niños en todos estos amargos acontecimientos a través de sus actitudes de doble rasero”, ha ratificado.
Pezeshkian ha afirmado que estos crímenes se derivan de la humillación y la desesperación que sienten los líderes criminales y brutales del régimen israelí ante la resistencia del resiliente pueblo de Gaza.
Ante tal coyuntura, ha llamado a las instituciones internacionales, al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) y a los países islámicos a asumir su responsabilidad en el mantenimiento de la paz regional y utilizar todo su poder para impedir que el régimen israelí repita estos crímenes contra la humanidad en Gaza.
El régimen israelí llevó a cabo su criminal bombardeo contra la escuela Al-Tabein, que alberga a desplazados de Gaza por la guerra, mientras la gente dormía y muchos otros realizaban el rezo matutino.
Según testigos, la intensidad del ataque fue tal que los cuerpos de los mártires han quedado destrozados.
La guerra de Israel contra Gaza, ahora en su día 309, ha matado al menos a 39 790 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, y ha herido al menos a 91 702 personas, y se estima que más de 10 000 están sepultados bajo los escombros de los edificios bombardeados.
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