La elección tuvo lugar en el marco de la 108ª sesión anual del organismo intergubernamental en La Haya (Países Bajos), encargado de supervisar la eliminación global y verificable de las armas químicas.
Con este nombramiento, la República Islámica de Irán asume un rol clave en la supervisión y aplicación de la Convención sobre Armas Químicas, un tratado internacional que busca erradicar el uso y producción de este tipo de armamento.
Estados Unidos había ejercido presión sobre los miembros del Consejo para evitar la elección de Irán, pero su candidatura logró imponerse en la votación.
Antes de que el representante estadounidense expresara su rechazo, todos los países asiáticos habían respaldado la candidatura de Irán y apoyado su designación como representante del grupo de Asia. La elección se llevó a cabo por consenso, sin objeciones ni condiciones, reflejando la unanimidad dentro del bloque regional.
El proceso de selección del Consejo Ejecutivo se basa en criterios de distribución geográfica equitativa, la relevancia de la industria química en cada país y los intereses políticos y de seguridad global. Con su nueva posición, Irán tendrá un papel central en la toma de decisiones estratégicas dentro del organismo.
El Consejo Ejecutivo de la de la OPAQ actúa como el brazo ejecutivo de esa organización y cuenta con 41 miembros y 4 vicepresidentes que son elegidos de diferentes regiones geográficas. Su función principal es supervisar las actividades de la Secretaría Técnica y garantizar el cumplimiento del tratado.
Este nombramiento representa un triunfo diplomático para Teherán y un revés para Washington, que ha mantenido una postura crítica respecto al papel de Irán en organismos internacionales.
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