Mediante un comunicado emitido este miércoles, el Comité de Derechos Humanos de Irán ha condenado las acusaciones “infundadas y políticas” hechas contra Teherán por la presidenta de la llamada misión internacional de investigación sobre Irán, la Sra. Sara Husein, durante una sesión informativa celebrada el pasado 30 de octubre en la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Durante esa reunión, la Sra. Husein advirtió sobre lo que llamó “el aumento de las represiones y las ejecuciones” en Irán tras la agresión israelí de 12 días contra el país que dejó 1069 muertos en junio.
La nota denuncia que la Sra. Husein se aprovechó de la plataforma de la ONU para reiterar afirmaciones y acusaciones “falsas e infundadas” sobre la situación de los derechos humanos en Irán, “violando los principios de neutralidad, independencia y objetividad” exigidos por las normas profesionales de los mecanismos de la ONU. Este comportamiento, agrega el texto, demuestra la naturaleza “política y parcial” del llamado comité de investigación desde su creación.
El comunicado critica a la Sra. Husein por no solidarizarse con las víctimas iraníes de la brutal agresión israelí, y dice que ella al utilizar la expresión “los ataques de Israel contra las instalaciones nucleares militares de Irán”, busca de manera completamente clara transmitir “información falsa y engañosa que sugiere que las instalaciones nucleares de Irán tienen un carácter militar”.
La nota recuenta que ni la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) ni ningún otro informe internacional acreditado confirma el carácter militar del programa nuclear iraní. “La República Islámica de Irán, además, ha demostrado —bajo uno de los regímenes de supervisión internacional más estrictos— que todos los aspectos de su programa nuclear son de naturaleza pacífica”, detalla.
Conforme al Comité de Derechos Humanos de Irán, lo profundamente preocupante no es solo el silencio de la referida misión respecto a los crímenes cometidos por Israel durante la agresión de junio, sino su injustificada defensa de elementos involucrados y colaboradores con los agresores, es decir aquellos que espiaron para Israel durante el conflicto.
Esto, agrega la nota, plantea serias dudas sobre la verdadera naturaleza de la relación de este comité con los proyectos liderados por Estados Unidos y la entidad sionista, cuyo objetivo es “derrocar el Sistema de la República Islámica de Irán”.
El comunicado lamenta que la llamada misión de investigación “se ha puesto del lado del agresor y se ha convertido en defensor de quienes han sido cómplices de los agresores contra la tierra, la vida y los bienes del pueblo iraní”.
La nota concluye advirtiendo que la continuación de la actividad de la referida misión en este sentido solo “conducirá al mayor debilitamiento y desprestigio de las instituciones y mecanismos internacionales de derechos humanos, en especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU”.
Durante la guerra de 12 días entre la República Islámica e Israel, más de 700 espías, afiliados al servicio de espionaje israelí, el Mossad, fueron arrestados en todo Irán, de los cuales varios fueron ejecutados tras completarse los procedimientos legales y la confirmación de las sentencias por la Corte Suprema, tal como indican medios locales.
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