El titular holandés lo reconoció el lunes en una entrevista concedida al diario local De Volkskrant, diciendo que él no estuvo presente en la reunión en 2006, pero escuchó la historia de alguien que estuvo allí, es decir, del expresidente de la petrolera Shell Jeroen van der Veer.
El ya exministro holandés dijo que consideraba las declaraciones de Putin tan geopolíticamente importantes que habló de ellas públicamente y se atribuyó el mérito de escuchar los comentarios como una forma de proteger a su fuente. “La forma en la que quería proteger a mi fuente y subrayar mi mensaje sobre Rusia no era sensata, eso está muy claro”, señaló Zijlstra.
Incluso el propio Van der Veer ha declarado en un correo electrónico al diario holandés que había hablado con Zijlstra sobre Putin en una conversación más amplia, pero que la observación de Putin sobre la Gran Rusia era “históricamente intencionada”.
La forma en la que quería proteger a mi fuente y subrayar mi mensaje sobre Rusia no era sensata, eso está muy claro”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Holanda, Halbe Zijlstra.
La firma tenía negocios en Rusia, y ahora, arrastrada por la crisis en el este de Ucrania, el empresario se vio obligado a descubrirse puntualizando que Zijlstra “tal vez no captó el contexto de las palabras de Putin, que hablaba desde un punto de vista histórico; no en términos bélicos”.
La embajada rusa en La Haya (Países Bajos), por su parte, ha denunciado el flujo de propaganda antirrusa. “Funcionarios y la prensa holandesa pretenden dar a entender que Rusia está obsesionada con la noción de la Gran Rusia. Eso solo puede salir de los que la ven como un enemigo y quieren ampliar el radio de acción de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), con la excusa de que hay una amenaza”, protestó la misión diplomática rusa.
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