La presidenta de la misión siria ante la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), Rania al-Refaei, afirmó que dicho ente se ha convertido en una herramienta para ejercer presión sobre Siria y dirigir falsas acusaciones en su contra, destinadas a servir las agendas de ciertos países e implementar los complots tramados por los grupos terroristas.
Durante la 97ª sesión del Consejo Ejecutivo de la OPAQ, celebrada el jueves, Al-Refaei descartó categóricamente las acusaciones de que el Gobierno sirio tiene armas químicas en su poder, calificando tales acusaciones de “falsas e infundadas”.
Además, la funcionaria puntualizó que Siria se adhirió a la Convención sobre Armas Químicas el 14 de octubre de 2013 y que, a partir de entonces, ha permanecido “plenamente comprometida” con todas sus obligaciones. “Esto a pesar de que Siria se enfrenta a un estado de militancia patrocinada por el extranjero en el que más de 400 000 terroristas de más de 80 países han causado estragos contra el Gobierno y la nación sirios”, criticó.
Conforme a Al-Refaei, las acciones de la OPAQ contradicen los principios de “profesionalismo”, “credibilidad”, “imparcialidad” y “disposiciones de la Convención sobre Armas Químicas”, puesto que “Washington, a su vez, tiene el arsenal químico más grande del mundo y las municiones representan una grave amenaza para la paz y seguridad internacionales”, expuso.
Igualmente, señaló que, en la actualidad, los equipos de la OPAQ se han reducido a instrumentos que simplemente elaboran informes para “ganarse el favor” de los países que controlan la organización y les ayudan a presentar las acusaciones de terroristas como “documentos genuinos” para ejercer más presión sobre Siria.
El 14 de abril de 2018, Estados Unidos, el Reino Unido y Francia llevaron a cabo una serie de ataques aéreos contra Siria por un presunto ataque con armas químicas en la ciudad de Duma (Guta Oriental).
Ese presunto ataque fue denunciado por el llamado grupo “cascos blancos”, que son financiados por varios Estados occidentales y están asociados con la organización y la grabación de ataques químicos de falsa bandera. Además, han sido vistos varias veces trabajando con grupos terroristas en el país levantino.
De hecho, el pasado 22 de junio, la Cancillería de Siria alertó de nuevos intentos de los grupos terroristas y los “cascos blancos” de fabricar ataques químicos de falsa bandera en las provincias sirias de Idlib (noroeste) y Hama (oeste) para acusar del mismo al Ejército sirio.
Pese a todos complots criminales de los terroristas y sus patrocinadores, Damasco ha asegurado en reiteradas ocasiones que nunca renunciará a la lucha contra el terrorismo hasta restaurar la seguridad en todo su territorio nacional.
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