Según informó el lunes la agencia siria oficial de noticias, SANA, la milicia kurdo-árabe FDS, aliada de Estados Unidos, cerró las instituciones y escuelas privadas en la ciudad siria de Qamishli.
“La mencionada milicia cerró más de 30 institutos y 7 escuelas privadas que adoptan el plan de estudios oficial del Estado sirio”, señalaron fuentes locales anónimas a SANA.
Además, los milicianos de las FDS atacaron el centro de formación de Al-Amal en el barrio de Al-Wusta en la ciudad de Qamishli y expulsaron a los estudiantes de este colegio.
A su vez, los alumnos de la gobernación de Al-Hasaka, en el nordeste de Siria, también enfrentan por quinto año consecutivo obstáculos para acceder a los colegios del Ministerio sirio de Educación, puesto que se encuentran lejos de sus barrios.
Las milicias respaldadas por EE.UU. privan a unos 100 000 estudiantes sirios de la educación en Al-Hasaka, algo que constituye una violación de los derechos educativos garantizados por las leyes internacionales.
De hecho, las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias han ocupado la mayoría de las escuelas y centros de aprendizaje de esta provincia siria, convirtiéndolos en centros militares o prisiones, o lugares en que imponen planes de estudio diferentes al establecido por el Ministerio de Educación de Siria.
Pese a la perniciosa actividad de las FDS, Washington sigue respaldando a estos milicianos y les envía convoyes militares con suministros bélicos y logísticos con el pretexto de que luchan contra el grupo terrorista Daesh.
El Gobierno de Damasco, presidido por Bashar al-Asad, acusa a su vez a las FDS y las fuerzas de EE.UU. de haber cometido todo tipo de crímenes contra el pueblo sirio, y asegura que expulsará pronto a todas las tropas ocupantes, incluidas las estadounidenses.
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