Según informó el viernes la agencia oficial siria de noticias, SANA, un convoy estadounidense de cinco vehículos blindados tuvo que dar la vuelta y regresar en la dirección de donde venía después de que las tropas del Ejército sirio, estacionadas en un puesto de control en la entrada de la aldea de Al-Damkhiyah, lo interceptaran y expulsaran de la zona.
La noticia llegó solo dos días después de que los residentes locales de la aldea de Al-Buladiyah, en la misma provincia siria, impidieran que un convoy militar estadounidense avanzara por su área.
Según la fuente, los aldeanos arrojaron piedras contra el convoy estadounidense y corearon consignas contra las fuerzas de ocupación estadounidenses.
Por otra parte, los ancianos tribales y figuras influyentes de la ciudad de Al-Qamishli, en la misma provincia de Al-Hasaka, celebraron la misma jornada una reunión para denunciar la presencia de las fuerzas de ocupación estadounidenses y turcas en la región y expresaron su rechazo a sus medidas arbitrarias.
“La presencia de tropas estadounidenses en la zona tiene como objetivo saquear los recursos naturales de Siria y privar a la nación de sus ganancias. Tal despliegue está destinado a servir los intereses del enemigo israelí, socavar la paz pública y sembrar las semillas de la división y la discordia entre las personas de varias sectas de la sociedad”, dijeron en un comunicado.
A pesar del constante rechazo del Gobierno y el pueblo de Siria, Washington mantiene desplegado un gran número de soldados en Siria y sigue enviando miles de camiones llenos de armas, equipos militares y logísticos al norte del país levantino, so pretexto de combatir a los extremistas, pero, en realidad, lo que busca es saquear las riquezas del país árabe.
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