• Foto ilustrativa del dron yemení Samad-3
Publicada: viernes, 26 de marzo de 2021 6:38
Actualizada: viernes, 26 de marzo de 2021 8:18

Las fuerzas yemeníes golpean las instalaciones de la petrolera Aramco y las bases militares de Arabia Saudí con 18 drones y 8 misiles balísticos.

El portavoz del Ejército de Yemen, el teniente general Yahya Sari, ha anunciado este viernes que las unidades militares del país han llevado a cabo en la madrugada de hoy una operación a gran escala, atacando con 12 aviones no tripulados (drones), modelo Samad-3, y 8 misiles balísticos, de clase Zolfaqar, Badr y Sair varias instalaciones de la petrolera estatal saudí Aramco en las regiones de Ras Tanura, Jizan, Rabiq y Yenbu.

Los misiles han alcanzado también la base aérea de Rey Abdulaziz en la ciudad de Al-Damam, en el este de Arabia Saudí, ha detallado el alto cargo castrense.

Asimismo, ha puesto de manifiesto que varios otros blancos militares saudíes han sido impactados por seis drones de combate, modelo Qasef-K2, en las regiones de Najran y Asir, ambas ubicadas en el suroeste del territorio saudí.

El teniente general Sari ha considerado como exitosa esta operación militar y destacado que fue una “respuesta legítima a la escalada de agresión y el asedio” al pueblo yemení por la coalición agresora, liderada por Arabia Saudí.

 

Ha advertido, además, que las Fuerzas Armadas de Yemen están totalmente preparadas para otros ataques contra el enemigo, al tiempo que ha instado a las empresas extranjeras y a los civiles saudíes a “mantenerse alejados” de los blancos militares y estratégicos en el territorio saudí.

Durante los últimos días, el Ejército yemení y los combatientes del movimiento popular Ansarolá han aumentado sus ataques con drones y misiles contra objetivos militares e instalaciones petroleras en las profundidades de Arabia Saudí, en represalia por sus agresiones.

El uso de drones por las fuerzas yemeníes ha cambiado el rumbo de la guerra. La agresión saudí, que comenzó en marzo de 2015, junto al bloqueo, ha llevado a la mayor parte de la población al borde de la hambruna y causado, según las Naciones Unidas, el peor desastre humanitario del mundo.

El Ejército yemení y Ansarolá han prometido expulsar a los ocupantes de todo el territorio y, en los últimos meses, han ido ganando terreno en la provincia de Marib.

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