El movimiento popular yemení Ansarolá publicó un vídeo, en el que se aprecia una ofensiva de los yemeníes contra las posiciones de las fuerzas respaldadas por Riad entre el cruce fronterizo de Al-Tol con Arabia Saudí y la cercana ciudad fronteriza de Harad.
Los combatientes de Ansarolá irrumpieron en las posiciones de los enemigos con nada más que rifles de asalto, granadas de mano y granadas propulsadas por cohetes. Como consecuencia, los mercenarios huyeron del área sin mostrar ninguna resistencia real después de sufrir algunas pérdidas.
En los últimos meses, el Ejército yemení, respaldado por Ansarolá, han llevado a cabo operaciones contra los mercenarios y las fuerzas leales al expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi en las provincias yemeníes de Marib (centro-oeste), Al-Jawf (noroeste) y Al-Bayda (suroeste), además de los ataques transfronterizos a gran escala contra el territorio saudí.
De hecho, alertando a Riad de las consecuencias de sus agresiones, Yemen ha considerado las operaciones militares como un derecho legítimo para defenderse ante los agresores, y ha asegurado que estas ofensivas continuarán hasta la victoria total.
Un grupo de expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), citando el Proyecto de Datos de Yemen para las cifras de los ataques aéreos, informó que el pueblo yemení ha sido objeto, desde el inicio de la guerra, en marzo de 2015, de unos 10 ataques aéreos por día, y al menos 18 000 civiles han perdido la vida o resultado heridos en los bombasrdeos aéreos de Riad y sus aliados.
Pese a una enorme cantidad de fondos que ha gastado en el conflicto y el apoyo que recibe de parte de países occidentales, con EE.UU. a la cabeza, expertos creen que el reino árabe ha perdido la guerra en Yemen y sufre un “desgaste increíble”.
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