En un comunicado publicado este sábado, Ansarolá ha condenado los recientes ataques que tuvieron como objetivo varias mezquitas en Afganistán, el último de los cuales mató a decenas de personas en la ciudad sureña de Kandahar.
“Estos atentados son asesinatos brutales llevado a cabo por los elementos takfiríes creados por EE.UU., país que actualmente les ha dejado en Afganistán para sus objetivos”, ha denunciado el movimiento popular yemení.
En este sentido, ha urgido a las autoridades afganas a enjuiciar a los autores de estos crímenes, a la vez que insistió en la necesidad de proteger a los fieles en las mezquitas y evitar la repetición de actos similares.
El ataque de este viernes contra una mezquita en la ciudad afgana de Kandahar, que dejó al menos 62 pmuertos fue el segundo atentado terrorista contra las mezquitas chiíes durante solo una semana.
El pasado viernes en otra explosión de bomba llevada a cabo por Daesh dentro de una mezquita en la provincia de Kunduz, en el norte del país centroasiático murieron más de 100 personas.
Asimismo, Ansarolá se ha referido a los últimos acontecimientos en la capital libanesa, Beirut, donde varias personas murieron y resultaron heridas el jueves como resultado de los enfrentamientos que estallaron en el contexto de manifestaciones de partidarios del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) y el movimiento libanés Amal para pedir la destitución del juez Tarek Bitar —encargado de la investigación de la explosión en el puerto de Beirut en 2020—, acusándolo de parcialidad política.
El movimiento popular yemení ha considerado la violencia en Beirut como “un acto criminal” llevado a cabo por Estados Unidos y el régimen israelí con el objetivo de acabar con la estabilidad y la paz nacional de El Líbano para lograr una sedición interna en el país.
Además, Ansarolá ha condenado en el mismo comunicado los recientes ataques aéreos israelíes contra algunos puntos de los alrededores en el este de Tadmor (Palmira) en la provincia siria de Homs, lo que provocó la muerte de un soldado y dejó otros tres heridos. Según el movimiento popular yemení, dicha ofensiva es un crimen “sionista-estadounidense”.
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