En un discurso televisivo este domingo con motivo del aniversario de la Revolución del 21 de Septiembre en Yemen, Seyed Abdulmalik Badreddin al-Houthi, ha aseverado que, antes de esta revolución, quienes controlaban Yemen y su riqueza soberana, incluido el petróleo, eran sus enemigos, principalmente Estados Unidos.
En ese entonces, Estados Unidos interfería en los asuntos internos en todos los ámbitos para favorecer sus propios intereses, pero con la revolución eso terminó, por lo que ha considerado que el mayor logro de la revolución popular ha sido el derrocamiento del control y la tutela extranjera sobre Yemen.
Al elogiar los logros de la revolución yemení, el máximo dirigente de Ansarolá ha asegurado que ahora Israel y su primer ministro, el criminal Benjamín Netanyahu, han llegado incluso a describir la independencia alcanzada con la Revolución del 21 de Septiembre de Yemen como un peligro para su existencia.
Según Al-Houthi, la liberación y el renacimiento del pueblo yemení, basados en su libertad y afiliación religiosa, fueron vistos como una amenaza para la agenda israelí y el establecimiento del llamado “Gran Israel” y ahora EE.UU. y la entidad sionista buscan deshacerse del frente yemení por todos los medios posibles, pero no lo lograron ni lo lograrán.
El líder yemení ha recordado que los israelíes y los estadounidenses movilizaron sus herramientas regionales para acabar con los logros de los yemeníes y, en este contexto, el régimen saudí desempeñó un papel en el marco de una alianza que incluía a los Emiratos Árabes Unidos y otros regímenes del Golfo.
Ha indicado que el régimen de Arabia Saudí formó una coalición bajo la supervisión directa de Estados Unidos, con el apoyo de Israel y la participación del Reino Unido, de modo que, ha agregado, los tres brazos del sionismo: Estados Unidos, el Reino Unido e Israel, desempeñaron un papel fundamental en la planificación, supervisión y participación en la agresión contra Yemen.
El líder de Ansarolá ha denunciado que, durante la guerra contra Yemen, los horrendos crímenes cometidos por el régimen saudí se llevaron a cabo con el apoyo estadounidense, británico e israelí.
Mientras tanto, ha valorado que el pueblo yemení ha adoptado una postura de apoyo y defensa del pueblo palestino, involucrándose en una confrontación directa con el régimen israelí.
En esta etapa, todos los esfuerzos estadounidenses e israelíes, junto con sus instrumentos regionales, se centran en eliminar a toda costa al frente yemení para garantizar la supervivencia de Israel e impedir que Ansarolá siga siendo un modelo único que reavive la esperanza en otros pueblos, ha dicho.
Al-Houthi ha asegurado que el régimen israelí representa ahora un grave peligro para la nación islámica, al operar bajo el amplio plan de “cambiar Oriente Medio”. “Los planes del enemigo israelí no se limitan a Gaza; sus ambiciones se extienden a la vasta riqueza de los estados del Golfo (Pérsico)”, ha advertido.
En este contexto, ha señalado que todos los países islámicos y árabes, especialmente los del Golfo Pérsico, deben sacar una lección del reciente ataque israelí a Catar, porque, ha explicado, la entidad sionista hizo caso omiso de todas las garantías y consideraciones que le otorgan para su protección.
Respecto a la situación de Gaza, ha sostenido que Estados Unidos quiere que continúe la agresión israelí, de ahí que utilice su poder de veto para obstruir cualquier esfuerzo para un alto el fuego en el enclave palestino.
Además, ha aclarado que el reconocimiento del Estado palestino por parte de algunos países europeos es un paso formal y sigue siendo una mera postura mediática que no tendrá un impacto real para impedir a Israel que continúe con sus crímenes.
El líder del movimiento yemení ha criticado a los países árabes por no haber alcanzado una postura práctica y unificada que consiste en boicotear y detener la cooperación con el régimen sionista a nivel militar.
Ha denunciado que algunos de los países árabes más ricos y poderosos apoyan al enemigo israelí y se oponen a los grupos que lo confrontan, es más, ha enfatizado, ciertos gobiernos árabes están apoyando abiertamente la idea de desarmar a los combatientes en Gaza y el Líbano, incluso contra el frente yemení.
“Si el enemigo israelí se deshiciera de los frentes en Gaza, Yemen, Líbano e Irán, pasaría a atacar a otros”, ha avisado.
Para Al-Houthi algunos regímenes árabes deberían haberse beneficiado de los frentes de resistencia, en lugar de conspirar contra ellos económica, con sus servicios de inteligencia y militarmente. Las medidas formales adoptadas por estos regímenes con el pueblo palestino coinciden con el continuo suministro de miles de millones de dólares al enemigo israelí, ha denunciado.
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