• Protesta de los jordanos en contra del acuerdo con el régimen israelí sobre gas, 6 de marzo de 2015
Publicada: sábado, 29 de agosto de 2015 13:59
Actualizada: martes, 18 de octubre de 2016 8:59

Ante las incesantes profanaciones israelíes a la Mezquita Al-Aqsa, miles de jordanos urgieron el viernes la expulsión del embajador del régimen de Israel de Amán.

En el marco de una marcha denominada “Juntos en apoyo a la Resistencia”, miles de ciudadanos jordanos salieron a las calles de la capitalina ciudad de Amán para denunciar las “inaceptables” profanaciones israelíes contra la Mezquita Al-Aqsa, en la ciudad de Al-Quds (Jerusalén).

Los indignados denunciaron los sinnúmeros de profanaciones diarias de israelíes bajo el pleno apoyo de fuerzas policiales y del Ejército de este régimen, y criticaron la ignorancia y la indiferencia del Gobierno de Jordania ante Israel.

Luego de recordar la responsabilidad de Amán de proteger los lugares santos islámicos y cristianos en Al-Quds, como define el tratado de paz Wadi Araba (1994), los manifestantes solicitaron una reacción adecuada al respecto y urgieron la expulsión del embajador israelí en Amán.

De igual manera, criticaron el silencio mantenido por los países árabes ante la violenta postura israelí sobre la Mezquita Al-Aqsa, el primer Qibla (dirección hacia la que se orientan al rezar) de los musulmanes.

También condenaron la decisión israelí de dividir el horario de la Mezquita entre musulmanes y judíos, y pidieron la inmediata liberación de la Mezquita Al-Aqsa de las manos de este régimen.

La marcha de los jordanos en apoyo a la Mezquita Al-Aqsa coincidió con la marcha de miles de palestinos tras el rezo colectivo del viernes en la ciudad de Al-Quds para condenar las profanaciones y políticas expansionistas del régimen israelí contra la Mezquita.

Durante el acto de protesta los movilizadores gritaban consignas como “con el alma, con la sangre, nos sacrificamos por ti Al-Aqsa”, e instaban a los palestinos de Al-Quds y la ocupada Cisjordania a levantarse contra Israel.

La Mezquita Al-Aqsa representa el tercer lugar más sagrado del Islam, tras Masjid al-Haram en La Meca y Masjid al-Nabawi en Medina (ambas en Arabia Saudí). Los israelíes pretenden judaizar el recinto y eliminar su identidad islámica.

Mientras tanto, conforme al tratado de paz Wadi Araba (1994) entre Jordania y el régimen de Tel Aviv, Amán tiene la responsabilidad de proteger los lugares santos islámicos y cristianos en Al-Quds, y los judíos pueden entrar, pero no realizar rituales; los colonos y militares israelíes irrumpen con gran frecuencia en la Mezquita y sus explanadas y, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cometen “provocaciones religiosas”.

Tanto palestinos como la comunidad internacional han condenado fuertemente estas medidas israelíes: el pasado 28 de julio, el Imam de la mezquita egipcia de Al-Azhar, Sheij Ahmed al-Tayeb, condenó al régimen de Israel por sus transgresiones a Al-Aqsa.

Al-Tayeb hizo tales acusaciones un día después de que las fuerzas del régimen de Tel Aviv agrediesen a hombres, mujeres y niños palestinos que se disponían a rezar dentro de su recinto.

tas/ktg/mrk