10 años atrás el entonces juez Sergio Moro se transformó en una especie de superhéroe de la derecha brasileña, sus investigaciones fueron determinantes para el derrocamiento de Dilma Rousseff en 2016 y para la posterior condena y prisión del actual presidente Lula da Silva, quien además fue proscripto políticamente, lo que viabilizó la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia en 2018.
Moro saltó rápidamente a la política para transformarse en Ministro de Justicia de Bolsonaro. Luego lo acusó de entorpecer investigaciones por corrupción y reununció, quiso ser candidato a presidente y terminó por ser electo como senador. Ahora su banca está en riesgo, se le acusa de recibir fondos indebidos durante su campaña.
Otros identifican detrás de este caso al inefable fantasma comunista.
Por ahora nadie se atreve a vaticinar si el ex juez perderá finalmente su banca, lo que sí parece evidente a esta altura de los acontecimientos es que aquella proyección de juez Moro como un paladín de la justicia ha quedado ha quedado en el baúl de los recuerdos para las grandes mayorías.
Andrés Sal.lari, Sao Paulo.
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