“Como Departamento de Defensa, nosotros somos la fuerza de protección (…), y decimos, ‘miren, estas son las capacidades que vemos que los chinos están desarrollando y es importante que seamos capaces de contrarrestarlas’”, dijo Work en una conferencia para inaugurar la Iniciativa de Estudios Aeroespaciales de China.
Como Departamento de Defensa, nosotros somos la fuerza de protección (…), y decimos, ‘miren, estas son las capacidades que vemos que los chinos están desarrollando y es importante que seamos capaces de contrarrestarlas’, dijo el vicesecretario de Defensa estadounidense, Robert Work.
Se trata de un gabinete de estudios estratégicos organizado de forma conjunta por las Fuerzas Aéreas estadounidenses y el laboratorio de ideas RAND Corporation, que tiene el fin de promover en Estados Unidos el conocimiento sobre las ambiciones aeroespaciales de China.
Ante los expertos militares y civiles del sector, Work advirtió —como ya hizo en enero— de que Pekín está “subsanando las diferencias tecnológicas con rapidez” al desarrollar aeronaves antirradar, avanzados aviones de reconocimiento, misiles sofisticados y equipos militares electrónicos de tecnología punta.

El Pentágono, dijo el vicesecretario estadounidense, “no puede pasar por alto los aspectos de competición que tiene nuestra relación, en especial dentro del campo de las capacidades militares, un área en la que China sigue mejorando a un ritmo muy impresionante”.
La conferencia se había organizado en un momento en que hay en Washington varios cientos de funcionarios chinos, que han viajado para participar en un foro de diálogo bilateral estratégico y económico.
Al preguntársele por la coincidencia, Work dijo que tanto los dirigentes estadounidenses como los chinos son conscientes de que entre ellos hay “partes de cooperación y partes de competición”.
En este sentido, advirtió de que la situación relativa de ambas potencias —una en auge, China, y la otra, según Work, “establecida”— termina generalmente en guerra, según estudios históricos. Por eso, el alto funcionario de Washington afirmó que su Departamento “debe” obrar de modo que la competición no vire hacia una confrontación más “caliente”.

Estados Unidos, observó el vicesecretario, lleva “25 años” apoyado en su fuerte baza tecnológica, pero en la actualidad “el margen de superioridad al que nos hemos acostumbrado tanto (…) se está erosionando de manera constante”, insistió.
De ahí que el Pentágono trate de no perder el ritmo en la carrera armamentística y busque nuevas tecnologías que le permitan mantener su ventaja disminuyendo el coste de “responder a los ataques”.
Por ejemplo, señaló, un cañón de energía dirigida podría dar la capacidad de abatir misiles con un coste muy inferior (“cien veces”) al del desarrollo y lanzamiento de los cohetes.
El Pentágono creó en marzo un Comité Ejecutivo de Guerra Electrónica (CEGE) con la función de poner remedio a su progresiva pérdida de ventaja tecnológica.
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