Con un demoledor efecto invernadero, una presión superficial aplastante y nubes de ácido sulfúrico, este planeta no es amigable para la vida, tal y como la conocemos, y las naves espaciales enviadas a la superficie de Venus solo resistieron unos minutos.
No obstante, a unos 40 a 60 kilómetros sobre la superficie, la atmósfera de Venus es la más parecida a la Tierra de cualquier otro lugar del Sistema Solar. Allí, Venus tiene una presión de aire de 1 bar aproximadamente y temperaturas en el rango de 0° C a 50° C. De ahí, entonces, la pregunta sobre la posibilidad de la vida en la atmósfera de Venus.
Durante mucho tiempo los científicos especularon sobre si los microbios podrían sobrevivir allí, desde Carl Sagan en 1967. Sin embargo, la mayoría de los estudios anteriores concluyeron que los posibles microbios en la atmósfera de Venus podrían tener solo una vida útil corta.
Las razones, claro está, tenían que ver con las condiciones: caerían a través de las nubes hacia la capa de neblina inferior y terminarían incinerados en el calor y/o aplastados por la presión atmosférica.
Un nuevo artículo de la astrobióloga Sara Seager, científica planetaria y profesora en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, EE.UU., sugiere que los microbios podrían tener un “ciclo de vida” sostenido, que les permitirá sobrevivir durante quizás millones de años.
Su investigación apunta a la posibilidad de que puedan vivir en el ambiente líquido dentro de las gotas de la nube de ácido sulfúrico. A medida que crece el hábitat de las gotitas en el que residen los microbios, la gravedad los obliga a asentarse en la capa más caliente e inhabitable debajo de las nubes venusianas.
Sin embargo, a medida que las gotas comienzan a evaporarse, la capa de neblina inferior se convierte en un “depósito” de vida inactiva. Más tarde, las corrientes ascendentes llevarían regularmente a los microbios inactivos a las nubes, donde se rehidratarían y volverían a activarse.
“Suponiendo que la vida debe residir dentro de las gotas de las nubes, resolvemos el enigma posterior de las gotas que se depositan gravitacionalmente y alcanzan regiones más calientes e inhabitables”, escribió Seager en su artículo publicado esta semana en la revista Astrobiology.
“Los microbios se secan para convertirse en esporas al alcanzar la capa de neblina inferior relativamente estancada, que llamamos un 'depósito' con fugas”, desarrolló la especialista.
Y concluyó: “Las esporas secas residirían allí hasta que algunas puedan ser transportadas de regreso a las capas de nubes habitables, donde promoverían la formación de nubes, y quedarían envueltas en gotas de nubes para continuar el ciclo de vida”.
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