“Acordaron estrechar su colaboración para resolver los asuntos de seguridad en la península coreana, incluidas las ambiciones nucleares de Corea del Norte”, ha anunciado este miércoles la Casa Azul (sede presidencial de Corea del Sur) a través de un comunicado.
En la conversación telefónica, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha afirmado que el programa nuclear de Pyongyang es un tema “difícil”, pero que puede resolverse.
Además, el inquilino de la Casa Blanca ha invitado a su homólogo surcoreano a visitar EE.UU. “tan pronto como sea posible”. En respuesta, Moon ha expresado también su esperanza de poder reunirse con Trump cuanto antes, y ha dicho tener como objetivo enviar una delegación especial a Washington en “la fecha más temprana”.
Durante la conversación, que ha durado 30 minutos, Moon ha indicado que la alianza Seúl-Washington es hoy por hoy más importante que en cualquier otro momento, por las crecientes tensiones en la península coreana.
La toma de posesión de Moon se ha producido un día después de ganar unas elecciones anticipadas tras la destitución de Park Geun-hye en un juicio por corrupción. Su mandato se ha iniciado en medio de las tensiones con Corea del Norte.
Acordaron estrechar su colaboración para resolver los asuntos de seguridad en la península coreana, incluidas las ambiciones nucleares de Corea del Norte”, según un comunicado de la sede presidencial surcoreana.
Este mismo miércoles, momentos después de jurar como nuevo presidente surcoreano, Moon ha declarado su intención de visitar Pyongyang (capital norcoreana), si se dan las “circunstancias”.
El nuevo mandatario surcoreano ha anunciado además que mantendrá “serias negociaciones” con EE.UU. y China sobre el controvertido despliegue del sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés) en el territorio surcoreano.
Seúl y Washington, sin embargo, no se encuentran en el mejor momento de sus relaciones, pues Trump ha señalado como “apropiado” que Corea del Sur pague por ese escudo, que tiene un costo estimado en mil millones de dólares.
La propuesta de la administración de Trump indignó a los surcoreanos y creó dudas sobre la solidez de la alianza con la Casa Blanca, en particular, en un momento tan crucial como este, en el que la zona se acerca cada vez más a una guerra nuclear.
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