Durante un foro internacional celebrado el sábado en Baréin, la canciller surcoreana, Kang Kyung-wha, cuestionó las medidas y las cifras de Pyongyang sobre el coronavirus, causante de la COVID-19, considerando “difícil de creer” que Corea del Norte no haya detectado ningún caso del brote.
En reacción, Kim Yo-jong, hermana del líder del Corea del Norte, ha tildado este miércoles de “impertinentes” las declaraciones de la ministra surcoreana de Exteriores y las ha catalogado de “arrebatos” lanzados sin tener en cuenta las consecuencias.
“Se puede ver por sus imprudentes comentarios, hechos sin ninguna consideración de las consecuencias, que ella está demasiado dispuesta a enfriar aún más las congeladas relaciones entre Corea del Norte y del Sur”, ha lamentado.
La hermana del líder norcoreano, Kim Jong-un, ha aseverado que Pyongyang nunca olvidará las palabras de Kang. “Quizá tendrá que pagar caro por ello”, ha advertido, según recoge la agencia estatal norcoreana de noticias KCNA.
Desde el inicio de la crisis por el nuevo coronavirus en el mundo, Corea del Norte no ha confirmado caso alguno del brote, pero sí ha mantenido el nivel de alerta sanitaria.
Seúl, de acuerdo con Pyongyang, es el responsable de causar estragos en las relaciones intercoreanas, al aliarse con EE.UU. en sus hostilidades contra Corea del Norte, entre otras medidas; situación, que según la parte norcoreana, impide la desnuclearización de la península coreana.
Es más, ante la negativa de Seúl a calmar las tensiones y dejar de realizar “ensayos de guerra con una ofensiva hacia el Norte”, Pyongyang ha amenazado al vecino sureño con convertirlo en un “mar de fuego”.
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