“Estamos tranquilos, seguros, pero atentos y alertas, y además estamos preparados para defender la revolución, para enfrentar cualquier acción injerencista contra nuestro país”, anunció el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en una comparecencia en televisión reaccionando ante la convocación de la oposición cubana para protestar por la liberación de presos políticos.
La oposición cubana, apoyada por Washington, ha convocado nuevas marchas, a pesar de que, en repetidas ocasiones, el Gobierno de Cuba ha condenado estas provocaciones como llamadas ilegales desde el exterior. La Habana denuncia, asimismo, que la Administración estadounidense, presidida por Joe Biden, está implicada “directamente” en la promoción de futuras movilizaciones.
En este sentido, Díaz-Canel explicó que las protestas que se llevan a cabo en cuba son parte de la “estrategia imperial” de EE.UU. para destruir la revolución cubana y provocar caos para lograr un cambio de régimen en Cuba.
“Somos una revolución abierta al diálogo, al debate”, “pero somos una sociedad cerrada a la presión, cerrada al chantaje y cerrada a la injerencia extranjera”, agregó el presidente.
El pasado 11 de julio, Cuba vivió manifestaciones contra la compleja situación económica como consecuencia de la pandemia del nuevo coronavirus y la acentuación del bloqueo asfixiante de Washington en su contra.
Cuba repudia constantemente el bloqueo de EE.UU., en particular en tiempos de pandemia, por obstaculizar el acceso a los insumos médicos y equipos necesarios para combatir el coronavirus.
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