Este objetivo fue resaltado durante una reciente gira por las terminales petroleras del país en el norte y el sur de Irán, incluida la estratégica isla de Kharg, por parte de altos funcionarios como Yahya Rahim Safavi, el principal asesor militar del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.
Durante los últimos cien años, los combustibles fósiles han sido las principales fuentes de energía para la mayoría de los países. Las previsiones indican que, a pesar del desarrollo de las energías renovables, los combustibles fósiles, especialmente el gas, seguirán desempeñando un papel importante en el suministro de energía a los países en las próximas décadas.
El petróleo y el gas son las principales fuentes de materias primas porque son las más baratas y las más fáciles de conseguir. Solo se necesita alrededor del cinco por ciento del petróleo y el gas que se consumen anualmente para fabricar todos los productos petroquímicos.
Irán, uno de los mayores poseedores de recursos de petróleo y gas del mundo, ha estado exportando energía, especialmente petróleo crudo, durante el último siglo y ha construido gran parte de su fortaleza económica y política mediante la explotación de sus activos de hidrocarburos.
Sin embargo, la evolución del panorama geopolítico y geoeconómico, especialmente en el ámbito energético, durante las dos últimas décadas exige que el país revise y ajuste su política, donde la conversión en un centro energético regional se presenta como una estrategia clave para Irán.
Contra todo pronóstico, un aspecto importante de la estrategia propuesta de creación de un centro energético es el aprovechamiento de la ubicación geográfica de Irán. Su ubicación entre los países con grandes reservas de gas y petróleo y grandes mercados energéticos en el este y el oeste es una ventaja especial para convertirse en un centro energético regional.
Para convertirse en el centro energético regional, Irán cuenta con petróleo, gas natural, productos derivados del petróleo y electricidad. El país también cuenta con enormes instalaciones de almacenamiento e infraestructura de exportación en sus terminales petroleras.
La terminal petrolera de Kharg es la más grande del país y un punto clave para conectar con los mercados internacionales, a donde se exporta más del 90 por ciento del crudo de Irán. Con su infraestructura estratégica, que incluye tuberías submarinas, tanques de almacenamiento y muelles de exportación, Kharg es uno de los puertos marítimos más grandes y avanzados del mundo para la exportación de crudo.
Irán está construyendo una nueva terminal de exportación de petróleo en el mar de Omán que reduce el tiempo de viaje en cinco días, disminuyendo drásticamente los gastos de transporte.
La producción de petróleo de Irán ha aumentado constantemente desde la segunda mitad de 2020, dos años después de que Estados Unidos reimpusiera sanciones a las exportaciones de petróleo del país tras retirarse de un acuerdo internacional histórico sobre el programa nuclear de Irán, de nombre oficial Plan de Acción Integral Conjunto (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés).
Las estimaciones del Ministerio de Petróleo de Irán indican que la producción de petróleo del país superará el hito de 4 millones de bpd en marzo del próximo año.
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