A meses de las nuevas elecciones generales del país, Elizabeth Warren, también precandidata a la presidencia, trató de usar los ataques del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán lanzados el 8 de enero, contra dos bases estadounidenses en Irak, entre ellas, Ain Al-Asad, en represalia por el asesinato del teniente general Qasem Soleimani, para promover su propia campaña electoral.
En un mensaje dejado el viernes en su cuenta en Twitter, Warren matizó que el mandatario republicano “provocó” un conflicto con Irán, al asesinar el 3 de enero, a su alto estratega en Bagdad, capital iraquí. Luego, “ocultó” y “desestimó” las heridas que sufrieron las tropas estadounidenses en el ataque de represalia iraníes.
“Trump provocó un conflicto con Irán, luego, ocultó y desestimó las heridas que sufrieron nuestras tropas como consecuencia. Es horrible”, tuiteó la senadora opositora.
Poco después de los ataques de represalia contra bases estadounidenses en Irak, Trump anunció a través de un mensaje dejado en su Twitter que “todo estaba bien”, sin embargo, una semana después, el Departamento de Defensa (el Pentágono) anunció el 16 de enero, que 11 de sus soldados resultaron heridos. La cifra anunciada se elevó a “un mayor número de soldados heridos” y luego a 34.
Warren afirmó que estaba trabajando en el Senado para “mejorar” el tratamiento de “traumáticas heridas cerebrales” de los soldados estadounidenses afectados en los ataques y prometió poner fin a las guerras que causan semejantes heridas, si es electa como presidenta.
Aunque las decisiones que ha adoptado Trump han dejado en shock incluso a los aliados de EE.UU., no hay que olvidar que la política exterior de los expresidentes demócratas tampoco favorecía al mundo. EE.UU. siempre ha mantenido buenos lazos con el régimen israelí y los gobiernos dictatoriales, como Arabia Saudí, y siempre ha priorizado el lucro económico a vidas humanas.
Precisamente, EE.UU. lanzó su primer ataque militar contra Siria, tras el inicio de la crisis en 2011, durante la época del expresidente demócrata Barack Obama (2009-2016), con el que se fortaleció la presencia militar estadounidense en este país árabe, rico en reservas petrolíferas y geográficamente importante.
De hecho, casi todos los candidatos presidenciales de EE.UU. prometen poner fin a las guerras que ha librado su país en el mundo, pero, al llegar a la Casa Blanca se implican en más conflictos armados por el lucro económico y una sed permanente de proyectarse como un poder imperialista a nivel mundial.
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