“Muchos en los círculos militares creen que tras 15 años de lucha antiterrorista las tropas terrestres están mal preparadas para mantener la logística o el nivel de las tropas en caso de que Rusia ataque a aliados de la OTAN”, declaran las fuentes.
Muchos en los círculos militares creen que tras 15 años de lucha antiterrorista las tropas terrestres están mal preparadas para mantener la logística o el nivel de las tropas en caso de que Rusia ataque a aliados de la OTAN”, dicen las fuentes del Pentágono.
Estas fuentes, que pidieron permanecer en el anonimato, han asegurado al periódico digital The Daily Beast que EE.UU. sería capaz de ganar a Rusia hoy en día, pero para ello debería utilizar todos sus recursos, ya que todavía no está preparado.
Los funcionarios del Pentágono tras evocar que Moscú cuenta con casi 4 mil armas nucleares, han hecho hincapié en que en Estados Unidos no existe consenso necesario sobre el carácter de amenaza que representa “la Rusia de (Vladimir) Putin”, presidente ruso.
En otra parte de sus declaraciones, han manifestado que los ejercicios militares de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), bautizados como Allied Shield, mostraron que Washington todavía no puede librar una guerra prolongada contra el país euroasiático.
No obstante, han considerado de poco probable un conflicto armado entre Rusia y la Alianza Atlántica, que sería dirigido a una situación de alto riesgo y sin éxito alguno, teniendo en cuenta las dificultades logísticas que se hallan en este camino.
El jefe del Estado Mayor del Ejército de EE.UU., el general Ray Odierno, identificó el pasado miércoles, durante una rueda de prensa celebrada en el Pentágono, a Moscú como la amenaza más peligrosa para la seguridad de su país: “Creo que Rusia es el país más peligroso”.
La creciente tensión entre Rusia y Estados Unidos tiene su origen en la crisis de Ucrania, que hasta el momento se ha saldado con más de 6400 muertos y ha dejado 1,3 millones de desplazados internos.
El bloque occidental insiste en que el Kremlin está echando leña al fuego en el este de Ucrania, donde existen enfrentamientos entre los independentistas y las fuerzas ucranianas, al apoyar primer grupo.
Moscú, por su parte, siempre ha rechazado categóricamente toda implicación en la crisis ucraniana y ha acusado al Occidente, en particular EE.UU., de estar detrás del caos en ese país europeo.
De cualquier manera, la tensión es tan elevada que ambos países consideran todas las opciones tanto en la escena política como en el campo de guerra, desde las sanciones hasta las medidas militares.
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