• Soldados estadounidenses inspeccionan los daños causados por misiles iraníes en la base aérea Ain al-Asad, 13 de enero de 2020.
Publicada: martes, 29 de agosto de 2023 9:46
Actualizada: martes, 29 de agosto de 2023 10:49

El ataque con misiles de Irán a la base Ain al-Asad mostró una parte de los daños que EE.UU. podría sufrir en una guerra con China o Rusia, asevera un informe.

El portal estadounidense Insider, en una nota escrita por Paul Idon, columnista político-militar y analista sobre la región de Asia Occidental, recomendó al Ejército estadounidense tomar lecciones de la represalia con misiles de Irán contra la base Ain al-Asad en Irak.

La ofensiva con misiles balísticos sin precedentes de Irán [contra una base estadounidense en] Irak en enero de 2020 ofreció una visión inquietante de los daños menos visibles, pero a largo plazo, que probablemente sufrirán los soldados estadounidenses en futuras guerras”, se lee en el documento, publicado este martes.

Al respecto, detalló que Irán materializó su amenaza al disparar 11 misiles balísticos contra la base aérea Ain al-Asad el 8 de enero de 2020, justo cinco días después del asesinato del general iraní Qasem Soleimani en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses en Bagdad (capital iraquí).

Reprochó que, a pesar de las repetidas advertencias aquel entonces, debido a la elevada tensión entre Teherán y Washington, la base estadounidense no tenía una defensa antiaérea eficaz, por lo que las fuerzas destacadas allí no lograron interceptar ninguno de los misiles iraníes.

Cuando los 11 misiles, cada uno con ojivas de 450 a 900 kg, comenzaron a impactar, algunas explosiones arrojaron a algunos soldados estadounidenses de sus posiciones en las torres de vigilancia. Otras fuerzas estadounidenses se escondían en las trincheras construidas durante el régimen de Sadam”, detalló.

Los cientos de soldados estadounidenses que estuvieron ese día en la base Ain al-Asad fueron testigos del considerado como el mayor ataque balístico en toda la historia de Estados Unidos, recuerda la nota.

 

El autor del artículo describe como un “milagro” que los soldados estadounidenses no murieran en ese ataque, no obstante, precisa que 109 de los militares terminaron sufriendo lesiones cerebrales traumáticas y probablemente sufrirán frecuentes dolores de cabeza y síntomas relacionados con el trastorno de estrés postraumático hasta el final de su vida. 

La nota editorial, citando una entrevista que hizo un año después Robert Hales, el médico que estaba presente en la base durante el ataque, resaltó que este ataque con misiles fue muy singular, porque nunca había sucedido en la historia que las fuerzas terrestres estadounidenses estuvieran expuestas a la lluvia de 11 misiles balísticos.

El columnista luego utilizó el ataque para analizar una posible guerra entre Estados Unidos y Rusia o China y escribió que considerando la probabilidad casi igual de que el enemigo use sensores y armas de largo alcance capaces de llegar detrás de la línea del frente, será mucho más difícil evacuar al personal militar herido del campo de batalla. “El ataque a Ain al-Asad fue un pequeño ejemplo de los peligros mortales que enfrentarán las fuerzas estadounidenses en futuros campos de batalla”, concluyó.

 

El 8 de enero de 2020, Irán llevó a cabo un ataque con misiles contra la base de Ain Al-Asad, cinco días después de la operación terrorista de Washington, que asesinó al comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), Qasem Soleimani, y del subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Mohandes y sus compañeros en Bagdad, capital iraquí.

La ofensiva causó muchos daños a los equipamientos militares estacionados en el recinto castrense de Ain al-Asad, situado en la provincia occidental de Al-Anbar y considerado una de las principales bases de EE.UU. en Asia Occidental. El número de las bajas que sufrieron las fuerzas norteamericanas por el ataque sigue siendo un misterio.

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