En una entrevista con la cadena estadounidense CNN, el senador estadounidense independiente por Vermont, Bernie Sanders, ha criticado duramente al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por negar la crisis alimentaria en Gaza. “Netanyahu es un mentiroso repugnante”, ha declarado.
A este respecto, el senador estadounidense ha denunciado que “los niños en Gaza se mueren de hambre. “Estados Unidos no puede seguir proporcionando cientos de millones de dólares en ayuda militar al gobierno racista de Netanyahu, que se está utilizando para matar a personas inocentes”, ha destacado.
— Bernie Sanders (@BernieSanders) July 30, 2025
Sanders, igualmente, ha señalado que, durante el último año y medio, Israel ha librado una guerra brutal, horrible y casi sin precedentes, no sólo contra el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), sino contra el pueblo palestino.
Asimismo, ha subrayado que el régimen israelí ha destruido casi toda la infraestructura de Gaza afirmando que “casi todas las escuelas, el sistema de salud, más del 70 por ciento de las viviendas de Gaza y el sistema de suministro de agua han sido destruidos”.
El legislador estadounidense también ha censurado al Comité Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos, conocido como (AIPAC, por sus siglas en inglés), por promover narrativas falsas sobre la crisis de Gaza.
Desde el 7 de octubre de 2023, las fuerzas de ocupación israelíes han lanzado una agresión contra la Franja de Gaza y la ofensiva ha continuado hasta la fecha y durante la guerra el régimen ha cometido repetidamente crímenes planificados contra civiles que ha causado la muerte de 60 138 ciudadanos, la mayoría niños y mujeres, y heridas a otras 146 269.
Uno de los aspectos más destacados de estos crímenes han sido los ataques deliberados contra centros residenciales, escuelas, hospitales, campos de refugiados y, recientemente, contra personas hambrientas que buscan ayuda cerca de los llamados centros de distribución de ayuda humanitaria supervisados por Estados Unidos y el régimen israelí, lo que las organizaciones de derechos humanos han descrito como una “trampa mortal”.
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