• Manifestantes palestinos ondean su bandera nacional durante las protestas del Día de la Tierra en el este de la Franja de Gaza, 30 de marzo de 2018.
Publicada: sábado, 31 de marzo de 2018 6:43

El Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) condena la brutalidad del ejército israelí a la hora de reprimir a los manifestantes palestinos durante las protestas del Día de la Tierra en Gaza y alza la voz para señalar que la cuestión de Palestina sigue viva.

En un comunicado emitido el viernes, Hezbolá señaló que el pueblo resistente de Palestina dio muestra en la asediada Franja de Gaza de los “mejores ejemplos de epopeya y sacrificio”, e insistió en que la nación palestina está siempre dispuesta a realizar grandes sacrificios.

“Lo que ha sucedido hoy confirma una vez más que la cuestión de Palestina está viva”, reza el texto, agregando que “la celebración de la Gran Marcha del Retorno en Gaza fue una respuesta popular al llamado plan ‘negocio del siglo’”, en alusión a la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer la ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén) como capital del régimen de Israel.

Hezbolá rechazó, además, las acusaciones de la coalición agresora de Arabia Saudí sobre que Hezbolá facilita el tráfico de misiles balísticos a Yemen desde la parte sureña de El Líbano, tachándolas de “ridículas”.

Lo que ha sucedido hoy confirma una vez más que la cuestión de Palestina está viva”, reza el comunicado del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).

 

Las fuerzas israelíes reprimieron brutalmente la Gran Marcha del Retorno en la Franja de Gaza, una manifestación pacífica que conmemoraba el 42º aniversario del Día de la Tierra Palestina. Debido a la violencia israelí, 17 palestinos perdieron la vida, cifra que podría aumentar por el elevado número de heridos: más de 1400.

Las fuerzas de guerra israelíes habían desplegado refuerzos, tanques y francotiradores en la línea de separación para evitar que las manifestaciones llegasen a los territorios palestinos ocupados y, antes de que comenzaran las protestas, habían recibido permiso para abrir fuego real y matar civiles.

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