• El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pronuncia un discurso durante una conferencia en Tokio, 14 de diciembre de 2017.
Publicada: jueves, 14 de diciembre de 2017 8:17

La ONU dice que el JCPOA es la mejor manera para garantizar la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní y advierte a EE.UU. de las secuelas de desecharlo.

El miércoles, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, hizo hincapié en que el acuerdo nuclear suscrito en 2015 por Irán y el Grupo 5+1, conocido también como el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, en inglés), sigue siendo “la mejor manera” de garantizar la naturaleza exclusivamente pacífica del programa nuclear del país persa.

El máximo titular de la ONU hizo esta y otras afirmaciones en un informe sobre la implementación de la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) que respalda el acuerdo nuclear.

Advirtió de que la polémica decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de no certificar —el pasado 13 de octubre— el acuerdo ha creado “considerable incertidumbre” sobre el futuro del convenio, si bien, dijo sentirse tranquilo de que EE.UU. ha “confirmado su compromiso de permanecer por el momento en el JCPOA”.

El magnate republicano había amenazado con retirarse del acuerdo si no se corrigen sus “defectos” mediante una negociación internacional o una ley del Congreso estadounidense.

No obstante, tanto Teherán como el resto de los miembros del G5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), han rechazado cualquier posibilidad de renegociación del convenio.

 

Guterres, en su informe, llamó a Washington a “mantener sus compromisos con el acuerdo nuclear y considerar las amplias consecuencias” que podrían conllevar para la región una eventual retirada del país norteamericano.

En otra parte del documento, el jefe de la ONU dijo que el CSNU investigó la posible transferencia de misiles balísticos por parte de Irán al movimiento popular yemení Ansarolá y su supuesto uso en dos ataques dirigidos a Arabia Saudí en julio y noviembre de este año. Teherán desmiente tajantemente esas acusaciones y las considera infundadas.

En este contexto, hizo referencia al lanzamiento, en julio, de un cohete portador del satélite Simorq (Fénix) por parte de Irán y a la posterior carta de Rusia a la ONU en la que defendió el derecho legítimo de Teherán a desarrollar su capacidad espacial. Moscú argumentó que la Resolución 2231 contiene solo un “llamado” para que Irán renuncie al trabajo con misiles sin que lo haya prohibido.

Para finalizar, Guterres concluyó que según Teherán las “capacidades militares, incluidos los misiles balísticos, de Irán no han sido diseñadas para portar armas nucleares y, por lo tanto, no violan la resolución del Consejo de Seguridad”. 

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