La Generalitat exige dimisiones e insisten en que este escándalo puede hacer caer al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Ante esta coyuntura el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, se trasladó a Barcelona para reunirse con la consejera catalana de Presidencia, Laura Vilagrà.
Se comprometió a esclarecer los hechos y anunció la activación de diferentes mecanismos respecto a las denuncias.
El objetivo es que el resultado de esa auditoría pase por la comisión de secretos oficiales del Congreso. Así que Bolaños instó a los partidos de la Cámara a constituir de inmediato esta comisión.
A juicio del ministro en esta comisión estarán llamados todos los grupos. Asimismo habló sobre la plena colaboración del Gobierno con la Justicia.
Estas promesas fueron consideradas insuficientes y vagas por el gobierno catalán que exige la identificación y la dimisión de los responsables.
El caso de este espionaje estalló cuando un informe de una organización canadiense identificó a 65 dirigentes independentistas catalanes que fueron atacados con el software de espionaje israelí Pegasus entre 2017 y 2020.
Y este escándalo ahora ha generado una delicada situación para el Ejecutivo central, que es minoritario en el Parlamento y cuya supervivencia en la Cámara depende del apoyo de los partidos independentistas.
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