El ataque ocurrió cuando miembros de Boko Haram, que escapaban de una operación lanzada por el Ejército nigeriano, abrieron fuego contra cuatro coches cerca del pueblo de Jingalta, a 70 kilómetros al norte de la ciudad de Maiduguri, capital del estado nororiental de Borno.
Además, los extremistas saquearon y quemaron todo el pueblo, cuyos habitantes habían huido previamente, según las fuentes locales.
El pasado 1 de octubre, Amnistía Internacional (AI) informó que al menos 1600 civiles han muerto desde junio en ataques perpetrados por Boko Haram, lo que eleva la cifra de víctimas mortales, en lo que va del año, a más de 3500.
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