Publicada: viernes, 6 de abril de 2018 10:48

Así como el modelo Neo-imperial busca fragmentar a Irak en tres estados. 1. Kurdo 2. Suní y 3. Chií. De la misma manera desde hace varias décadas a la república de Somalia la buscan dividir en tres nuevas naciones. 1. Somalia 2. Somalilandia y 3. Puntlandia.

Somalia un estado olvidado, dejado a su suerte por las grandes potencias occidentales, solo es mostrado en los grandes medios occidentales, cuando sufre un atentado terrorista en su capital Mogadiscio, perpetrado por el grupo terrorista Al-Shabab u otros grupos radicales, cobrándose la vida de decenas de civiles. El constante terrorismo, pobreza y crisis institucional lleva a que la prensa internacional, lo muestren como un estallo fallido, totalmente colapsado y dominado por la anarquía. Estos medios muestran a este país como un estado que no logro el nivel de civilización, dominado por bárbaros salvajes. Ignorando completamente la nefasta herencia de la colonización europea en este territorio.

Al igual que Irak, Somalia sufrió la colonización británica en el norte de su territorio, y por el sur estuvo controlado por el imperio italiano, la brutal colonización de estos dos “grandes imperios” llevó  a la división de clanes y tribus en el territorio somalí. A partir de aquí es que se debe interpretar la actual crisis que sufre este país ubicado en la importante zona del cuerno del áfrica. Casi toda la población en Somalia profesa el credo Islam-suní, pero al igual que Irak tiene una gran diversidad étnica, con diferentes inicios y evoluciones. Somalia un país relativamente joven, logró su independencia en 1960, pero elementos como las dictaduras, corrupción y exclusión social llevó a que en 1991 la parte del norte, se dividiera de la del sur, y así nació la autodenominada república de Somalilandia, que aún no tiene reconocimiento internacional, a este hecho hay que sumarle otro muy importante suceso que aconteció  en 1998, otra zona se autoproclamo independiente del gobierno central de Mogadiscio. Puntlandia, Así Somalia quedaría partida en tres pedazos y con muchos más conflictos. Por ejemplo, se podría decir que Somalilandia y Puntlandia son estados enfrentados por sus límites fronterizos, y a su vez, estos dos, en disputa con el débil gobierno somalí que no reconoce la división de Somalia.

Todo este caos y desestabilidad beneficia, a las potencias occidentales y a Israel. El ideal de “La Gran Somalia” unificada, bajo el credo islam-suní sería un país sólido con una identidad definida de tendencia pro-palestina. Por eso el caos, la división y la fragmentación en áfrica u oriente medio  siempre será una victoria para el sionismo israelí. La división de Eritrea y Etiopia, la independencia de Sudán del Sur de Sudán, y la partición de Somalia en tres estados, es el éxito del plan yinon en el contiene africano. Reducir a la unión africana y a la liga árabe a su mínima expresión es la prioridad de Israel y EE.UU.

Por un lado, los países de la Liga Árabe  se oponen a la creación del Kurdistán, principalmente Irak, las zonas chiíes y suníes, no aceptan la independencia de los kurdos y la partición de su país, de igual forma con Somalia sucede algo similar, nadie de la Unión Africana reconoce a Somalilandia  como un estado soberano, e incluso el otro estado, Puntlandia estaría dispuesto de nuevo a la reunificación del territorio somalí. Pero Somalilandia, no acepta  estos términos, quiere completa autonomía, y goza con el apoyo de Israel, algo que con el paso del tiempo se puede evidenciar con más frecuencia.

Así como los israelíes  apoyan y tienen fuertes vínculos con los kurdos del norte de Irak, cada vez fortalece más sus relaciones diplomáticas, económicas y cuestiones de seguridad con Somalilandia. Este último es posible que corra con la misma suerte de su vecino Yibutí que es una plataforma de bases militares de las potencias extranjeras, Somalilandia en un futuro cercano podría dejar la instalación de bases militares y marítimas en su territorio, complaciendo a las grandes potencias  regionales e internacionales, claro perdiendo la soberanía de su territorio, pero asegurando su supervivencia como estado. (Cabe destacar que Emiratos Árabes Unidos ya tiene su base militar operando en el territorio) Por otro lado gran parte de la economía israelí, se basa en la venta de armas, Israel suministra armas al Kurdistán iraquí, y Sudán del Sur, pueda que expanda su negocio armamentístico en Somalilandia, suministrándole todo tipo de armas (si es que ya no lo hace)  para su defensa, promoviendo a un más el conflicto en el cuerno de áfrica. Los sionistas promueven la división sectaria, y los conflictos religiosos, lo que lleva a las guerras civiles y al fracaso de los estados, y después a la opinión pública se nos dice que son estallos fallidos, casos como Irak, Yemen, Siria y Somalia. Uno podría pensar que los que nos gobiernan en las sombras, creadores del Daesh para eliminar a Irak y Siria, son los mismos fundadores y patrocinadores de Boko Haram en Nigeria y Al-Shabab  en Somalia, todo con el fin de incendiar la zona y promover la balcanización.

Reflexión Final

¿El ideal de la hermandad entre los pueblos es totalmente una utopía? ¿Es la balcanización consecuencia inevitable de la historia? si así lo fuera lo único que demostraría es que la humanidad moralmente es cada vez más enana y no evoluciona al mismo nivel que su desarrollo científico-tecnológico. Nos hemos vuelto muy inteligentes, pero demasiado egoístas. Pero en el fondo lo más paradójico de todo es que las grandes potencias, que buscan dividir el mundo, serán víctimas de la propia aberración que han creado. Por ejemplo el Brexit, es una antesala de la fragmentación de la Unión Europea, la independencia de Cataluña de España que cada vez más es un hecho que se materializa con más contundencia, e incluso la “locomotora del mundo” EE.UU. no se escaparía a esta dinámica, cada vez hay más movimientos visibles que piden la independencia de California como una nación soberana. Su propio egoísmo los alcanzará, y perderán su condición de súper-potencias y a la vez el dominio del mundo.

Escrito por: Felix Antonio Cossío Romero