Publicada: lunes, 29 de julio de 2024 16:52
Actualizada: lunes, 29 de julio de 2024 18:03

La impunidad de la que disfruta el régimen Israelí es sin lugar a dudas un punto de inflexión, pues una vez más conocemos, quién realmente controla Estados Unidos.

Sdenka Saavedra Alfaro

Escritora, corresponsal de HispanTV

Por ello el pasado 24 de julio del presente, Benjamín Netanyahu fue recibido y ovacionado en el Congreso de los EEUU, en un escenario donde una multitud de personas en las afueras del Capitolio rechazaban la normalización al genocidio en Gaza; así como 400 activistas judíos arrestados dentro el Congreso estadounidense, exigían el fin de envíos de armas a Israel.

“El carnicero de Gaza” (Recep Tayyip Erdoğan) por enésima vez arremetió contra la República Islámica de Irán, manifestó que: "Irán está virtualmente detrás de todo el terrorismo, toda la turbulencia, todo el caos, todas las matanzas"; así mismo fiel a su cinismo, aseveró que ningún civil murió en Gaza y que HAMAS está robando toda la ayuda humanitaria que entra al enclave.

El mundo entero es testigo de que mientras Netanyahu se dirigía al Congreso de EEUU, continuaba el genocidio perpetrado por el ejército de ocupación israelí en la Franja de Gaza donde más de 40.000 personas fueron asesinadas, en su mayoría fueron niños y mujeres y más de 90.000 heridos, desde el 7 de octubre de 2023, cuando se llevó a cabo la Tormenta Al-Aqsa, y donde el régimen sionista Israelí sigue perpetrando sus bombardeos a los lugares de refugiados, campamentos, escuelas en Jan Yunis, Rafah, Deir al-Balah y otros, mandando órdenes de expulsión.

Gaza, hoy vive el peor desastre humanitario de la historia, la propia ONU señala que el 90% de los gazatíes están desplazados por la fuerza, donde no hay seguridad, alimento, electricidad, agua; las familias buscan refugio donde pueden: escuelas abarrotadas, edificios destruidos, tiendas de campaña improvisadas sobre la arena o entre montones de basura, se siente cansancio en sus miradas desoladas, pánico en los niños, niñas y bebés sobrevivientes de las masacres, rescatados entre los escombros heridos, sin atención médica; ya que la situación sanitaria ha colapsado. La OMS advirtió no sólo de la hambruna, sino también de las enfermedades virales, difteria, tétanos, poliomielitis, que tienen prácticamente garantizado el desenlace de una muerte generalizada, en particular en niños menores de cinco años.

La situación humanitaria va más allá de lo catastrófico, “es una guerra contra los niños”, afirma UNICEF, mientras Israel continúa dificultando la entrada de ayuda vital, al mismo tiempo que médicos y enfermeras de EE.UU. que trabajaron como voluntarios en Gaza condenan el asesinato de niños palestinos con armas enviadas por su país al régimen israelí, en una carta enviada a Joe Biden, manifestaron: “En concreto, cada uno de nosotros trató a diario a niños preadolescentes, bebés que recibieron disparos en la cabeza y el pecho”.

El ente sionista israelí quien ostenta la fuerza de las armas, el que viola y mella el derecho internacional, el que lleva la aniquilación del pueblo palestino, la limpieza étnica, está perdiendo en esta su supuesta guerra; pues digan lo que digan Israel no logró derrotar la Resistencia, a pesar del enorme apoyo de Estados Unidos, y otros países, y en esa su derrota es que Netanyahu sigue pidiendo al Congreso que acelere la ayuda armamentística, y militar para continuar con el genocidio en su discurso que reveló su naturaleza cruel y demoniaca.

El recibimiento del Congreso de los EEUU a Benjamín Netanyahu no sólo es una muestra de apoyo al exterminio de los palestinos; sino también demuestra que la elección presidencial estadounidense está en manos del criminal de guerra y del poderoso Comité de Asuntos Públicos de Estados Unidos e Israel (AIPAC), que se autocalifica como el “más numeroso lobby proisraelí” que “contribuye con más recursos directamente a los candidatos”, y que representa a “más de 3 millones de estadounidenses proisraelíes en cada distrito del Congreso para fortalecer el apoyo bipartidista en la relación de Estados Unidos con Israel”.

Recientemente, el portal israelí Forward afirma que a partir del 7 de octubre 2023 “el AIPAC recaudó 90 millones de dólares” cuya “gran parte ha sido destinada desde ahora a las elecciones del 2024”, esto demuestra de quién tiene el control del Congreso de los EEUU; ya que gane quien gane en los comicios de noviembre de este año, Donald Trump o ahora la candidata después de la retirada electoral de Joe Biden, Kamala Harris, Benjamín Netanyahu llevará la masacre de Gaza hasta sus últimas consecuencias con las armas de EEUU.

Por otro lado, el viernes 26 de julio de esta gestión, se inauguraron los Juegos Olímpicos de París JJOO, mientras el mundo del deporte se recupera de la pérdida de 400 atletas palestinos, los que fueron asesinados por el régimen sionista israelí. El Comité Olímpico Internacional se ha negado a vetar a Israel pasando por alto los informes de derechos humanos, pero Palestina está presente en estos juegos, con 15 héroes representantes; ante la condena del mundo por parar el genocidio en Gaza.

Ese su odio, desprecio y aberración contra los palestinos y el querer aniquilar a la República Islámica de Irán, el único bastión del Eje de la Resistencia, en su sueño fallido, lo lleva no sólo a internacionalizar su guerra atacando a Hezbolá en el Líbano amenazando de llevar a una guerra; sino también de querer poner de rodillas a HAMAS, los que continúan de pie resistiendo junto a la Yihad Islámica, Brigadas Al-Qasam, Brigadas Al-Quds, el Frente Popular para la liberación de Palestina, Brigadas de Resistencia Nacional (Fuerzas del mártir Omar Al-Qasim), Brigadas Muyahidin y todos los que luchan por la libertad de Palestina.

 

Netanyahu ha fracasado y nunca podrá destruir al Eje de la Resistencia; pues más temprano que tarde Israel desaparecerá (Seyed Hasan Nasralá).