La potencia militar de Irán en exhibición en medio de crecientes tensiones regionales

Por: Alireza Akbari

El martes, la Fuerza Aeroespacial del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán lanzó, por primera vez, el sistema de misiles defensivos 358 dentro del perímetro de defensa aérea de la instalación nuclear de Natanz, en la provincia central iraní de Isfahán.

En esta ocasión, el comandante en jefe del CGRI, el general de división Hosein Salami, señaló que durante un ejercicio militar a gran escala se diseñaron e implementaron diversos escenarios del mundo real para proteger la estratégica instalación nuclear situada en la provincia central de Irán, Isfahán.

“Tratamos de ejecutar lo que esperábamos que los enemigos hicieran en condiciones reales, en forma de escenarios previamente planeados durante el ejercicio militar [Eqtedar (Poderío) 1403]”, declaró.

“Afortunadamente, se obtuvieron resultados alentadores y logros bastante valiosos”, subrayó.

Este ejercicio formó parte del ejercicio militar a gran escala denominado ‘Gran Profeta-19’ (Payambar-e Aazam 19), lanzado el 4 de enero y que está previsto que finalice el jueves 9 de enero.

Los escenarios de operaciones de respuesta rápida han sido los componentes clave de este ejercicio, que vio la participación de divisiones especializadas de la Fuerza Terrestre del CGRI en la región occidental del país.

El sistema de misiles defensivos 358, un misil de superficie a aire de tipo merodeador único, es uno de los misiles avanzados probados por primera vez durante los actuales ejercicios militares a gran escala.

La primera fase de este ejercicio demostró las avanzadas capacidades de la Fuerza Terrestre del CGRI para desplegar rápidamente tropas y equipos en áreas operacionales.

Los principales objetivos de este ejercicio incluyen practicar la respuesta rápida, ejecutar operaciones ofensivas, desplegar fuerzas con agilidad y entrenar en condiciones geográficas difíciles.

En este ejercicio, las fuerzas aerotransportadas del CGRI también demostraron su capacidad para proporcionar apoyo aéreo y transportar tropas a áreas operacionales durante la batalla.

Los ejercicios enviaron un mensaje claro de que cualquier amenaza o agresión contra la soberanía de la República Islámica de Irán será respondida con una fuerte y decisiva respuesta de las fuerzas armadas.

Según los expertos militares, estos ejercicios, como uno de los logros militares más importantes del país, están diseñados para fortalecer la preparación defensiva y poner a prueba las capacidades operacionales ante amenazas potenciales, incorporando tácticas y estrategias modernas.

Como un ejercicio multifacético que involucra unidades aeroespaciales, de defensa aérea, navales y terrestres, el Gran Profeta-19 tiene como objetivo mantener la preparación de las fuerzas utilizando equipos y armamentos actualizados, al mismo tiempo que aprovecha las capacidades de las fuerzas voluntarias (Basich) en la provincia de Kermanshah (oeste).

Este ejercicio tiene aspectos tanto de seguridad como de defensa, orientados a mejorar la preparación de las fuerzas operacionales en áreas fronterizas sensibles en medio de crecientes tensiones.

‘Golpes ganadores para tiempos críticos’

En una entrevista con el sitio web de Press TV, el general Mohamad Hadi Sefidchian, portavoz de los ejercicios militares del CGRI, señaló que muchas de las operaciones técnicas y tácticas del CGRI en el campo no se muestran públicamente, y están “reservadas como golpes ganadores para tiempos críticos”.

El portavoz militar también delineó los objetivos del ejercicio Gran Profeta-19.

“Nuestro ejercicio se realiza en varias fases. La primera fase está centrada en la seguridad, la siguiente fase combina elementos de seguridad y defensa, y la fase final puede involucrar solo operaciones defensivas”, explicó al sitio web de Press TV.

También explicó que, tras una evaluación, examen e identificación de diversas amenazas potenciales, el CGRI diseña, planifica y ejecuta estos ejercicios.

Destacó que el mensaje de este ejercicio es que los enemigos entiendan que la Fuerza Terrestre del CGRI, con sus diversas unidades de combate y apoyo, son capaces de responder rápidamente a cualquier enemigo en cualquier geografía requerida, asegurando que esta capacidad se demostrará en la práctica.

El alto mando del CGRI también recalcó que no buscan la guerra, sino la paz.

Sin embargo, donde haya injusticia contra la República Islámica, y si alguien intenta invadir su tierra y fronteras, el enemigo, sin duda, enfrentará la más dura represalia.

 

También mencionó que lo que los enemigos ven de las capacidades del CGRI en el campo es solo la superficie.

“Para tiempos difíciles y tácticas avanzadas que los enemigos aún no han soñado en ninguna guerra, nosotros planificamos y diseñamos estrategias. Ellos deben saber que la idea de vulnerar fácilmente un país como la República Islámica debe seguir siendo un sueño”, comentó el general Sefidchian.

Respecto a la forma y el modo de llevar a cabo los ejercicios, señaló que estos se realizan “anualmente según nuestro calendario”.

“La Fuerza Terrestre del CGRI lleva a cabo este programa anualmente basándose en los principios de preparación para el combate y las directrices del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, la forma y el contenido del ejercicio generalmente cambian de acuerdo a las amenazas”, apuntó el alto funcionario del CGRI.

También destacó la importancia de seguridad de realizar el ejercicio en la parte occidental del país, recalcando que esta área ya ha sido testigo de la presencia de grupos terroristas, razón por la cual el ejercicio, dada su alta sensibilidad en términos de seguridad, se llevó a cabo allí.

 Armas y equipos de última generación

Una de las características más destacadas de este ejercicio militar es el uso de nuevas armas y equipos. Específicamente, el sistema de defensa 358, que integra tecnología de defensa aérea y drones.

El sistema de misiles 358 se asemeja a un misil aire-aire, pero se lanza desde el suelo. Mide aproximadamente nueve pies de largo, con aletas en el cuerpo y la cola, y una cabeza de guerra explosiva de 22 libras capaz de alcanzar altitudes de hasta 28 000 pies.

Este misil está diseñado principalmente para interceptar y destruir drones y aeronaves de baja altitud.

Una ventaja significativa de este sistema es su autosuficiencia y operación autónoma, manteniendo sus capacidades de combate incluso en condiciones adversas, sin requerir una gran red de operadores de defensa.

El ejercicio también incluyó los sistemas de defensa Ra’ad, 3 de Jordad y Dezful.

El sistema de misiles de defensa aérea móvil de carretera iraní de mediano alcance, el 3 de Jordad, fue revelado en 2014. Este sistema de corto alcance está montado sobre chasis de camión, ampliamente disponible tanto en flotas militares como comerciales en el país.

El sistema tiene un alcance de detección de hasta 200 kilómetros y un alcance de compromiso de 105 kilómetros. Cada batería de este sistema puede lanzar tres misiles Taer o Sayad-2.

Cada batallón del sistema 3 de Jordad consta de cuatro baterías, capaces de comprometer cuatro objetivos y lanzar ocho misiles.

En 2019, este sistema interceptó y destruyó con éxito un dron MQ-4C Triton de la Marina de EE.UU. cerca del estrecho de Ormuz, en el Golfo Pérsico.

El sistema electro-óptico Ra’ad-2, vinculado con el 3 de Jordad, mejora la estabilidad y precisión de los sistemas de defensa bajo condiciones de guerra electrónica.

Dezful es una versión nacionalmente desarrollada del sistema Tor-M1, mejorada en comparación con su contraparte rusa, y utiliza el chasis de vehículo.

Desarrollado por el CGRI, este sistema de corto alcance tiene un alcance de detección y compromiso de 12 kilómetros y una capacidad de altitud de hasta seis kilómetros. También emplea un sistema electro-óptico térmico para detectar objetivos aéreos de baja altitud.

Hacia la autosuficiencia militar

Tras la Revolución Islámica, Irán experimentó una transformación significativa en su doctrina militar, pasando de depender de proveedores extranjeros a lograr autosuficiencia en capacidades defensivas.

Este cambio fue impulsado por las devastadoras sanciones y los embargos de armas impuestos por las potencias occidentales, particularmente por Estados Unidos, con el objetivo de mantener al país en aislamiento.

El estallido de la guerra impuesta a Irán por el exrégimen baasista de Irak, respaldado por Occidente, en 1980, subrayó aún más las vulnerabilidades de depender de fuentes externas para el hardware militar.

Bajo la dirección del CGRI y el Ministerio de Defensa, Irán comenzó a realizar ingeniería inversa de equipos fabricados en el extranjero e invirtió fuertemente en investigación y desarrollo.

La creación de la Organización de Industrias de Defensa se convirtió en una piedra angular para la producción de todo, desde armas pequeñas hasta sistemas avanzados de misiles.

Comenzando con modificaciones de misiles Scud de la era soviética, Irán ha desarrollado sistemas avanzados como las series Shahab y Seyil, capaces de alcanzar objetivos a través de la región.

El programa ahora es uno de los más avanzados en Asia Occidental, y a menudo se cita como un pilar de la estrategia de disuasión de Irán.

Irán también ha emergido como pionero en vehículos aéreos no tripulados. La serie Shahed, producida nacionalmente, ha sido ampliamente reconocida por sus capacidades operacionales.

Estos drones han sido utilizados para misiones de reconocimiento, combate y guerra electrónica.

Irán ha nacionalizado buques de guerra, submarinos y sistemas de defensa aérea. El sistema de defensa aérea Bavar-373, producido nacionalmente, a menudo se compara con el S-300 de Rusia, demostrando la capacidad de Irán para fabricar tecnología sofisticada.

En el ámbito naval, el país ha construido embarcaciones de ataque rápido, mini-submarinos e incluso misiles de superficie a superficie avanzados para operaciones marítimas.

Avances en los sectores de defensa y militar

En una entrevista con el sitio web de Press TV, el experto militar Asqar Zarei delineó los avances del país en la esfera militar tras la victoria de la Revolución Islámica.

“Lo que fuimos testigos en los primeros años tras la Revolución Islámica y la Defensa Sagrada fue una fuerza militar completamente dependiente, incluso en el campo de la formación especializada, donde muchos de nuestros oficiales se vieron obligados a ir al extranjero para cursos básicos”, comentó.

También afirmó que, después de la Revolución Islámica, especialmente con las experiencias adquiridas durante los años de la Defensa Sagrada, el país ha logrado un progreso notable a un ritmo increíblemente rápido en todos los sectores ofensivos y defensivos.