Publicada: lunes, 5 de mayo de 2025 6:32

En este mes de mayo del 2025, deseo reflotar un artículo escrito hace algunos años y que hoy, más que nunca, en la conmemoración de los 80 años del triunfo de las fuerzas soviéticas contra las bestias pardas nazis, creo fundamental realzarla como una de las gestas más importantes del siglo XX.

Recordemos que, el 9 de mayo del año 1945, el ejército rojo soviético concretó su victoria contra el Tercer Reich dominado por la ideología supremacista, racista y genocida del nacionalsocialismo. Un triunfo logrado con un esfuerzo monumental del pueblo soviético, que costó la vida de 27 millones de ciudadanos de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) principalmente rusos.

Estos millones de hombres y mujeres, ofrendaron su vida para la liberación de su patria y con ello a parte importante de una Europa que hoy, de la mano de una dirigencia nefasta pretende conmemorar sin reconocer los méritos de aquel pueblo que permitió su liberación. Una muestra evidente del desprecio por la historia que personajes como Emmanuel Macron, presidente de Francia, Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, el primer ministro de Gran Bretaña Keir Starmer, tratan de hacer primar en una lectura de la historia que desconoce el esfuerzo principal ruso en salvar a esos mismos países del dominio nazi, de los cuales provienen estos personajes. Ingratos y sobre todo negacionistas.

Una Europa que sufrió más de un lustro de ocupación y crímenes a manos de uno de los regímenes más criminales que haya dado la humanidad con el siglo XX, como fue la entidad nazi, sólo comparable para aquellos que pueden sentirse lejanos de aquellos años de la SGM, a la entidad nacionalsionista israelí. Una creación artificiosa que surge al escenario internacional el año 1948 y que ha sido el año 1948, ha sido fiel alumno de aquellos procesos de genocidio implementados por el Tercer Reich y que ha llevado a la práctica, hasta el día de hoy, contra el pueblo palestino a quien ocupa, coloniza y extermina por más de siete décadas.

Europa contra un régimen, que se había impuesto a sangre y fuego entre los años 1939 y 1945 generando una de las guerras más mortíferas que haya conocido la humanidad. Han transcurrido 80 años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (SGM) o Gran Guerra Patria como la denomina el pueblo ruso (1) cuyo gobierno, como ha sido tradicional, ya sea bajo la ex URSS o la actual federación, ha decidido a pesar de amenazas y una situación de beligerancia que se extiende ya por 3 años, conmemorar tal fecha con un monumental desfile en la Plaza Roja de Moscú. Los presidentes de China, Xi Jinping, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, figuran entre los 20 dirigentes extranjeros que se espera asistan.

Esto, en un marco de conflicto bélico contra Estados Unidos, la OTAN y el testaferro ucraniano cuyo presidente de facto Volodimir Zelenski, rechazó la propuesta del presidente ruso Vladimir Putin de un alto al fuego por tres días y amenazó, altanero y soberbio a la Federación Rusa “Ahora mismo, están preocupados (Rusia) por si pueden celebrar su desfile militar, y con razón. Pero lo que realmente debería preocuparles es que esta guerra sigue su curso…Para todos los países que han viajado o viajan para el 9 de mayo, nuestra postura es muy sencilla: no podemos hacernos responsables de lo que ocurra en el territorio de la Federación de Rusia. Ellos les proporcionan seguridad y, por tanto, no les daremos ninguna garantía" (2)

El secretario del Comité para Asuntos de Seguridad, Defensa e Inteligencia del Parlamento ucraniano, Román Kostenko, en apoyo a Zelenski sostuvo que “Ucrania tiene capacidades para atacar la Plaza Roja de Moscú cuando acoja el desfile militar. Este sábado, el líder del régimen de Kiev incluso amenazó a todos aquellos que decidan reunirse en la Plaza Roja para conmemorar el Día de la Victoria. Las palabras ucranianas reflejan una desesperación que sólo los lleva al suicidio político y militar.

Ante esta intimidación el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, señaló firmemente que “el cabrón verde sin afeitar dijo que rechaza la oferta de Putin de un alto el fuego de tres días para el 9 de mayo y que no puede garantizar la seguridad de los líderes mundiales en Moscú ¿Quién busca sus garantías? Solo es una provocación verbal. Nada más. Zelenski entiende que, de haber una provocación real en el Día de la Victoria, nadie garantiza que Kiev llegue al 10 de mayo”. Un desfile que se realiza en el marco de la guerra de Rusia destinado a desnazificar y desmilitarizar a Ucrania, cuyo país desde el año 2014 se ha convertido en parte de la estrategia de cerco contra el país euroasiático. Una práctica que tiene, como eje principal, la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia la frontera occidental rusa.

La enraizada revista militar ruso, con miles de efectivos militares, carros de combate, tanques, blindados, sistemas de misiles son muestra del poderío militar ruso, que genera permanentemente sinfín de conjeturas, surgidas, esencialmente, de los medios de información occidentales, que hoy tratan de darle un significado de una posible suspensión del desfile o incluso un ataque vía drones contra la Plaza Roja pero...la pregunta es ¿Se atreverá Washington y sus cervatillos europeos de la OTAN autorizar a Zelenski a atacar un desfile que cuente con la presencia no sólo del líder ruso, sino invitados de la talla de Xi Jinping?

Indudablemente esta es una visión interesada y repetida hasta el hartazgo por gran parte de las cadenas informativas occidentales, ya sea en sus variantes radiales, impresas, televisivas, como también redes sociales, en una campaña de rusofobia con noticias falsas pero también de incrementar la posibilidad de actos terroristas en la capital rusa que impliquen una respuesta de tal envergadura que los medios occidentales presente la necesaria y justa respuesta rusa como un declaración de guerra al “mundo”. Recordemos que hoy la Federación Rusa sufre un uso coordinado de acciones políticas, diplomáticas, operaciones sicológicas propias de una guerra híbrida, como no se había experimentado desde las operaciones militares en la invasión a Afganistán, Irak o Libia.

Para esta demonización de Rusia se han prestado gobiernos, medios de desinformación y manipulación, redes sociales, organizaciones deportivas como la FIFA, el Comité Olímpico, en una operación calculada, masiva pero tremendamente hipócrita, pues en ninguna de las guerras de agresión de Occidente contra Libia, Siria, Irak, Afganistán, por citar aquellas donde Washington y la OTAN han tenido un papel central, se había expresado tal muestra lloriqueante y lastimera.

Como tampoco en aquellas guerras, desestabilizaciones e incluso la política genocida del régimen sionista que ocupa y coloniza Palestina desde el año 1948 a la fecha, en un proceso de características similares al generado por el Tercer Reich contra los países que ocupó y colonizó durante los años del nazismo. Una Palestina donde se han conformado dos grandes campos de concentración como son la Franja de Gaza y Cisjordania.

Menciono a Palestina, donde Gaza sufre, desde el 7 de octubre del año 2023 tras la Operación de la resistencia palestina “Tormenta de Al Aqsa” el incremento de la política de genocidio que ha significado, en 19 meses de bombardeos y ataques masivos, el asesinato de 55 mil hombres y mujeres, de los cuales 20 mil son niños. 150 mil heridos y la destrucción del 80% de los edificios, casas, infraestructura sanitaria (hospitales) infraestructura vial, industrias, mezquitas, iglesias. Todo esto considerado una crisis humanitaria que no se observaba desde la SGM y donde la política de negar el agua y los alimentos como política de solución final, al estilo de aquella planeada en la conferencia de los jerarcas nazis en Wannsee (3) es parte de la conducta habitual de este régimen nacionalsionista aliado de estos que atacan hoy a Rusia.

Igual proceso de ceguera, sordera y mudez frente a los ataques contra Yemen, atacada hasta el año 2023 por una coalición de países liderados por Arabia saudí, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y mercenarios. Y hoy, por Estados Unidos y Gran Bretaña junto al régimen sionista que de esa manera lleva a cabo estos ataques frente a la decisión de la resistencia de yemenita de apoyar al pueblo palestino. Sumemos a la monarquía marroquí, que domina y avasalla el territorio del pueblo saharaui desde el año 1975 hasta hoy, sin que exista, en ninguno de estos hechos violatorio del derecho internacional y los derechos de millones de hombres, mujeres y niños ese rasgar vestiduras o llamar al mundo a castigar a estas entidades criminales. Esa conducta, simplemente no existe. 

Es la hipocresía máxima, teñida de racismo pues cuando se trata de ucranianos blancos, europeos, cercanos a las posiciones hegemónicas occidentales todo el aparataje político y comunicacional se moviliza. Una clara diferencia pues cuando las víctimas, por millones, son negros, latinos, árabes, para ellos no hay luces y menos aún los colores de sus banderas iluminan los hitos monumentales de las capitales europeas. Para sirios, palestinos, iraquíes, libios, entre otros, no tendremos la presencia mediática de artistas como Bono, actrices como Angelina Jolie visitando sus ciudades destruidas. No se expresa la FIFA contra los crímenes del sionismo en Palestina, con mensajes contra el apartheid en los estadios y transmisiones.

Existe una mirada para blancos, europeos, occidentales y otra para ese mundo despreciado por los que vociferan sobre el respeto a los derechos humanos, la integridad territorial, el derecho a la autodeterminación, pero apoyan a organizaciones claramente nacionalsocialistas del régimen de Kiev y sus batallones nazistas como el batallón Azov, Batallón Dnipro, Batallón Aidar, Pravy Sektor, Batkivshchyna, entre otros responsables de la tortura y asesinato de prisioneros de guerra rusos. No existe crítica a la política de glorificación de nazis ucranianos como Stepan Bandera considerado un héroe por el régimen de kievita. Adicionemos también el exterminio de la población rusoparlante del Donbás, que desde el año 2014 a la fecha han sufrido la muerte de 20 mil de sus habitantes a manos de las tropas nazis ucranianas.

Una Europa que hoy ataca todo lo que sea ruso, que ocupa a sus testaferros polacos, para así agredir a diplomáticos de la federación rusa, que violenta los monumentos y profana las tumbas de los soldados rusos caídos en la liberación de esa Polonia que invisibiliza su pasado situándose en la campaña de rusofobia más abyecta que haya vivido ese continente. Una Europa, principalmente aquella fronteriza con Rusia, cuyos gobiernos se han dejado seducir por los cantos de sirena de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y una Unión Europea que tiene a esos países menos desarrollados como suministradores de mano de obra, materias primas y freno a procesos migratorios.

Países que sueñan con los oropeles de la Europa conducida por Francia y Alemania, principalmente.  Una Europa falta de soberanía y dignidad, cuya política exterior tiene evidente sello estadounidense, que han elevado su aporte a la OTAN en proporciones dictadas precisamente por Washington y que han debido hipotecar su propio mercado energético con Rusia a favor de los intereses de los grupos de presión energéticos norteamericanos. Países sin integridad moral, sin soberanía, carentes de dignidad y cervatillos de este caballo desbocado llamado Donald Trump. Una Europa que entrega dinero a raudales a Ucrania, pero se la niega a sus trabajadores, sus sanidad pública y educación.

Esa Europa cruzada de gobiernos sometidos, vasallos, donde la ultraderecha ha obtenido réditos importantes con el discurso antiinmigrante, dominado por el unilateralismo de la política estadounidense. Una Europa ultraderechista donde las posiciones cercanas al nacionalsocialismo han reflotado con enorme peligrosidad, impulsadas, en el caso de Ucrania, desde el año 1991 por Washington y sus instituciones desestabilizadoras, así reconocido por la secretaria de Estado adjunta de Estados Unidos para Asuntos Europeos quien «Estados unidos ha invertido cerca de 5.000 millones de dólares en Ucrania desde 1991, desde que se convirtió en un Estado independiente después de la desintegración de la Unión Soviética” (4)

Este dinero se ha gastado para apoyar las aspiraciones del pueblo ucraniano, que quiere tener un gobierno fuerte y democrático que represente sus intereses», aseguró Nuland a la cadena CNN en febrero del año 2014 (2). Un par de meses después de ser derrocado el presidente Víctor Yanukovich. Dinero que financió grupos Pro Otanistas y Pro Europeistas, entre ellas organizaciones nazis y que en número se suma a los 450 mil millones de dólares entregados por Estados Unidos y la Unión Europea desde febrero del 2022 del gobierno de facto de Zelenski en armas y dinero, para así mantener la burocracia civil de su gobierno.

Un ejército en decadencia, con miles de desertores y que sólo se mantiene precariamente en pie gracias a ese apoyo occidental. Un país hipotecado, con parte importante de sus tierras agrícolas en manos de BlackRock, sus minerales raros a disposición de Washington y con pretensiones territoriales en su parte occidental por su aliado polaco. 

Hoy como ayer el pueblo ruso se enfrenta a la amenaza nazi, la diferencia radica en que el régimen del ex comediante y actual presidente de facto ucraniano y su gobierno cuentan con el apoyo de una Europa, que se olvidó del peligro del nazismo y un Estados Unidos que juega sus cartas de dominio, no importando si ello significa consolidar regímenes, que a poco andar generarán enormes tensiones sociales y amenazas a sus propias poblaciones. Rusia no está equivocada en la búsqueda d obtener las garantías de seguridad exigidas desde el año 1991.

No está equivocado el mandatario Vladimir Putin en definir al régimen de Kiev como un peligro para la Federación Rusa. La lucha en Ucrania hoy tiene un sello anti nazista evidente, y agregó que igualmente antisionista por la similitud que ambas visiones de mundo tratan de imponer en el mundo, por más que los medios de información occidentales pretendan ocultarlo. El desfile militar, en este 9 de mayo en Moscú, será un recordatorio que se combate contra el nazismo, así como contra el sionismo y otras ideologías criminales, no ha terminado. 

El tradicional desfile del 9 de mayo en Moscú, así como en toda Rusia están dedicados a honrar las grandes hazañas del pueblo soviético que luchó contra el nazismo, pero también es un punto de referencia de no ceder frente a las amenazas de ese occidente negacionista y palado de conductas destinadas a cercenar la historia e imponer una narrativa contra los pueblos. Hoy más que nunca se hace necesario recordar la victoria contra las bestias pardas de ayer y aquellas a vencer hoy bajo ropajes sionistas.

 

Pablo Jofré Leal

Artículo para HispanTV

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  1. En Rusia se denomina como ‘Gran Guerra Patria’ al período de la Segunda Guerra Mundial que va desde la invasión nazi de la URSS, que comenzó el 22 de junio de 1941 y se prolongó hasta la caída de Berlín, y la capitulación de Alemania, el 9 de mayo de 1945. Se estima que en esos cuatro años de conflicto perdieron la vida más de 26 millones de soviéticos. https://actualidad.rt.com/actualidad/429171-video-rusia-conmemorar-dia-victoria-gran-guerra-patria
  2. https://actualidad.rt.com/actualidad/548675-oficina-zelenski-publicar-imagen-drones-plaza-roja-llamas
  3. Conferencia llevada a cabo el 20 de enero del año 1942 en Wannsee, en los suburbios de Berlín entre políticos, burócratas y militares nazis donde, se verificó la planificación de cuestiones operativas de lo que posteriormente sería llamada la “solución final judía”. La Conferencia de Wannsee ha generado un enorme debate en el seno de la sociedad israelí sobre los alcances de este encuentro y si de verdad en ella se trató el tema del exterminio de los europeos de creencia judía, que terminaría en el llamado genocidio llevado a cabo por el nacionalsocialismo. Para nuestro objetivo de asimilar esa conferencia al Plan Dalet resulta evidente que este plan Sionista, generado antes de conformar la entidad sionista el 14 de mayo del año 1948 donde, al igual que en Wannsee se habla de “disminución natural de la población palestina”, tratamiento adecuado para sionizar palestina” “diferentes formas de solución” que se expresarán en arrasar las aldeas y pueblos palestinos, deportar a su población, cambiar los nombres del árabe al hebreo, demoler piedra sobre piedra las viviendas, reescribir la historia de miles de años del pueblo originario y fantasear con los mitos fundacionales cuya base son dos cuentos, propios del mundo de Marvel que de pruebas históricas serias: un pueblo elegido al cual se le prometió una tierra. https://rebelion.org/la-conferencia-de-wannsee-verdad-y-mito/
  4. https://www.eldiarioar.com/mundo/fuck-the-european-union-diez-anos-politicas-coherentes-eeuu-ucrania_129_8709451.html