“El régimen de ocupación sionista obtendrá de nuestra parte una respuesta contundente con puño de hierro si mantiene los detectores de metal” en los accesos a la Explanada de las Mezquitas, en Al-Quds (Jerusalén), han advertido las Brigadas de Ezzedin Al-Qassam y la Brigada de Al-Quds, los brazos armados del Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) y el Movimiento de Yihad Islámica Palestina, respectivamente.
En su comunicado, emitido el viernes, los movimientos palestinos llaman a la comunidad musulmana a asumir su responsabilidad ante el desastre provocado en la zona por los israelíes.
La nota subraya la Mezquita Al-Aqsa como “línea roja” de los palestinos y señala que si el régimen de Israel la cruza, se condenará a sí mismo a la destrucción.
Tras indicar que la Intifada ("levantamiento") palestina contra la violación del sitio sagrado sigue en marcha, los referidos grupos aseguran que seguirán muy de cerca los crímenes israelíes.
También llaman a la unidad entre todos los grupos de Resistencia para defender Al-Quds y poder realizar más operaciones contra el régimen usurpador a lo largo y ancho de los territorios ocupados palestinos.
El régimen de ocupación sionista obtendrá de nuestra parte una respuesta contundente con puño de hierro si mantiene los detectores de metal” en los accesos a la Explanada de las Mezquitas, en Al-Quds (Jerusalén), advierten las Brigadas de Ezzedin Al-Qassam y la Brigada de Al-Quds.
La semana pasada, los mismos grupos de Gaza advirtieron de que “dejando a la ocupación israelí hacer lo que quiera a la Mezquita Al-Aqsa sin ninguna acción árabe o islámica en contra conducirá a una explosión de la situación, no sólo en Palestina, sino en el conjunto de Oriente Medio”.
El comunicado coincide con protestas masivas del pueblo palestino en Al-Quds y la ocupada Cisjordania por las restricciones impuestas por los israelíes en la Explanada de las Mezquitas, en una jornada bautizada como “viernes de la ira”. En los consiguientes choques con los agentes israelíes, al menos cuatro palestinos murieron y cerca de 200 han resultado heridos.
Los palestinos y el mundo musulmán han condenado el cierre de la Mezquita Al-Aqsa y la colocación de detectores de metal y cámaras de seguridad como un intento del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, por incrementar su control sobre el complejo religioso.
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