La Comisión Palestina de Asuntos de Detenidos y Ex Detenidos, junto con la Sociedad de Prisioneros Palestinos (PPS), emitieron un comunicado el jueves informando que un informe médico preliminar, obtenido por la familia de Mohammad Hussein al-Aref, de 45 años, confirma que su muerte fue producto de un asesinato deliberado durante un interrogatorio.
Al-Aref, residente del campo de refugiados de Nur Shams, en Tulkarm, fue sometido a una autopsia el 17 de diciembre del año pasado.
“Estaba claro que había una decisión de matarlo desde el momento de su detención el 28 de noviembre de 2024”, destacaron los grupos de defensa.
Los hallazgos del análisis revelaron signos evidentes de abuso físico extendido, que culminaron en un ataque cardíaco, una arteria bloqueada en los pulmones, hemorragia cerebral y otras lesiones internas, lo que provocó su muerte.
Las organizaciones defensoras de los derechos humanos destacaron que este crimen se inscribe en un patrón sistemático de abusos perpetrados por Israel contra los prisioneros palestinos, un fenómeno que se ha intensificado con el inicio de la guerra genocida en Gaza.
Los prisioneros palestinos en las cárceles israelíes enfrentan condiciones de vida inhumanas, que incluyen la falta de higiene adecuada, tortura constante, acoso y represión sistemática.
En respuesta a sus condiciones de detención ilegales, los prisioneros palestinos han recurrido a huelgas de hambre indefinidas como forma de protesta. No obstante, las organizaciones de derechos humanos han subrayado que Israel sigue violando los derechos fundamentales de los prisioneros, tal como se establece en el Cuarto Convenio de Ginebra y otras leyes internacionales.
La utilización de prácticas como la tortura, la privación de atención médica y las condiciones extremas de detención han sido señaladas como métodos deliberados para someter a los prisioneros palestinos, convirtiéndose en una forma sistemática de ejecución.
Estas tácticas incluyen la negación de tratamiento médico adecuado, la inducción intencionada de enfermedades y el uso de la inanición como forma de tortura, todo dentro de un contexto de creciente represión.
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