El canciller bareiní, el sheij Jaled bin Ahmad Al Jalifa, dijo el viernes que “Israel se creó para existir” y que Baréin quiere establecer mejores relaciones con este régimen.
En su discurso, él nisiquiera mencionó una palabra en contra de la ocupación israelí, las masacres de los palestinos y la judaización de los lugares sagrados de árabes y musulmanes.
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Por otro lado, Manama, capital de Baréin, fue entre los días 25 y 26 de junio anfitrión de un foro patrocinado por Estados Unidos para presentar las directrices económicas del “acuerdo del siglo”, una fórmula —ejecutada por Jared Kushner, el yerno del presidente norteamericano, Donald Trump,— que, según la Casa Blanca, podría acabar con el conflicto palestino-israelí.
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Sr. Al Jalifa, concilie con el pueblo bareiní y no ponga en práctica la política sucia de otros en la zona ya que Al Jalifa será derrocada con la ruptura definitiva del acuerdo del siglo de EE.UU.”, tuiteó el director general para Asuntos Internacionales del Parlamento iraní, Hosein Amir Abdolahian, en reacción a la postura proisraelí del canciller bareiní, el sheij Jaled bin Ahmad Al Jalifa.
En reacción a esta postura, el director general para Asuntos Internacionales del Parlamento iraní, Hosein Amir Abdolahian, aseguró en un mensaje emitido el viernes en su cuenta en Twitter que los sionistas no tendrán ningún lugar en el futuro de la región de Oriente Medio.
“Sr. Al Jalifa, concilie con el pueblo bareiní y no ponga en práctica la política sucia de otros en la zona ya que Al Jalifa será derrocada con la ruptura definitiva del acuerdo del siglo de EE.UU.”, apostilló.
La conferencia de Manama recibió un boicot y condena por parte de los países defensores de la causa palestina. Desde Palestina, han considerado la cita un “fracaso rotundo” y un foro de “soborno” para vender todo el país.
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Conforme a filtraciones, la propuesta de Trump, entre otras tropelías, niega el derecho al retorno de los refugiados palestinos expulsados tras la creación del régimen israelí, limita el acceso de los musulmanes palestinos a la Mezquita Al-Aqsa y otorga a Israel la mayor parte de la fértil área C de Cisjordania, además de no contemplar la creación de un Estado palestino separado y soberano.
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