• El enviado de Donald Trump para Asia Occidental, Steve Witkoff (dcha.), habla en una entrevista con Breitbart News, publicado 9 de mayo de 2025.
Publicada: sábado, 10 de mayo de 2025 15:21
Actualizada: sábado, 10 de mayo de 2025 17:02

Un responsable iraní dice que las declaraciones de Witkoff sobre la necesidad de desmantelar el programa nuclear iraní muestra adicción de EE.UU. a la presión máxima.

En una entrevista concedida el viernes a Breitbart News, el enviado del presidente estadounidense, Donald Trump, para Asia Occidental, Steve Witkoff, sugirió que Washington podría retirarse de las conversaciones nucleares indirectas en curso con Irán, mediadas por Omán, si no se logran avances.

El diplomático estadounidense, quien representa su país en las discusiones con la República Islámica, advirtió que un programa de enriquecimiento de uranio “nunca más podrá existir en Irán”.

“Esa es nuestra línea roja. No al enriquecimiento. Eso significa desmantelamiento, significa no al desarrollo de armas, y significa que Natanz, Fordo e Isfahán, sus tres instalaciones de enriquecimiento, deben ser desmanteladas”, declaró Witkoff.

Un responsable iraní de alto rango ha reaccionado este sábado a las afirmaciones de Witkoff en una entrevista concedida al canal de televisión iraní Press TV. “Las declaraciones de Witkoff confirmaron la sospecha inicial de los iraníes sobre la adicción de Estados Unidos a las políticas de máxima presión y acciones provocativas contra la nación iraní”, ha dicho el responsable iraní, que habló bajo condición de anonimato.

Conforme al político, estas posturas no solo revelan la inconsistencia y la poca fiabilidad de los responsables estadounidenses, sino que también refuerzan la sospecha de que el lado estadounidense está “bajo la influencia y la tentación de los neoconservadores y de [el primer ministro israelí, Benjamín] Netanyahu”.

 

Ha detallado que algunos en el país persa incluso creen que todo el proceso de negociaciones nucleares indirectas entre Teherán y Washington, iniciado desde marzo, ha sido “un show político destinado a justificar una mayor presión y futuras hostilidades” contra Irán.

Sin embargo, el responsable persa ha señalado que “la República Islámica de Irán abordó este proceso con cautela y escepticismo, pero con total buena voluntad, y hasta la fecha ha demostrado coherencia en su enfoque”.

“La República Islámica de Irán siempre ha declarado que no pretende fabricar armas nucleares y está dispuesta a fomentar la confianza en este sentido. Sin embargo, si el objetivo de las contrapartes es privar al pueblo iraní de sus derechos inalienables en virtud del Tratado de No Proliferación [TNP] nuclear y de los principios fundamentales del derecho internacional, eso ciertamente no ocurrirá”, ha recalcado.

Por tanto, el funcionario persa ha dejado claro que “la pelota está ahora en la cancha de Estados Unidos, y Washington debe decidir si busca un acuerdo o si prefiere seguir las agendas bélicas de los neoconservadores y Netanyahu”.

Estas declaraciones se producen mientras Irán y Estados Unidos se preparan para llevar a cabo el domingo el cuarto ciclo de las negociaciones en Omán.

Ambas partes habían descrito las tres rondas anteriores de los diálogos como “constructivas”, pero funcionarios estadounidenses de alto rango han continuado emitiendo una retórica hostil contra la República Islámica, en medio de las presiones de Israel que, ha rechazado categóricamente cualquier acuerdo nuclear con Irán, y pedido atacar las instalaciones nucleares iraníes para supuestamente impedir que el país desarrolle armas atómicas.

Irán, por su parte, ha denunciado los intentos desesperados del régimen israelí para sabotear los diálogos nucleares, y advertido que responderá cualquier mínima agresión estadounidense o israelí contra su soberanía nacional.

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